La Generalitat lleva ahora a los menores extranjeros a dormir al instituto forense
La DGAIA instala colchones en una sala de actos tras la prohibición de la juez decana de pernoctar en celdas
La Generalitat ya ha encontrado una alternativa “provisional” para que los menores extranjeros no acompañados pasen las primeras horas (o días) antes de ser acogidos en un centro: el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña. La juez decana de Barcelona prohibió, por “indigno”, que los menores durmieran en los calabozos o en los pasillos de la Ciudad de la Justicia. Para sortear ese veto, el Gobierno catalán ha decidido ahora habilitar colchones en la sala de actos del instituto forense, según han confirmado diversas fuentes a EL PAÍS.
La juez decana de Barcelona, Mercè Caso, comunicó el viernes a la administración catalana su decisión de prohibir que los menores extranjeros que llegan a Cataluña en busca de formación y trabajo sigan durmiendo en la Ciudad de la Justicia. La masiva llegada de esos menores, la mayoría de Marruecos, ha colapsado a la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), el organismo de la Generalitat que debe acogerlos desde el momento de su llegada. Esa situación ha provocado que, en los últimos meses, los menores pasen hasta cuatro noches en los calabozos de los juzgados. E, incluso —cuando su número ha sobrepasado la capacidad de las celdas del área de custodia— que hayan dormido en colchonetas en el suelo de los pasillos de la Ciudad de la Justicia.
La DGAIA ha acatado la orden de la juez decana, pero aún no puede cumplir su exigencia de asignarles, de forma inmediata, un centro de acogida. De modo que ha buscado un emplazamiento alternativo que, de hecho, forma parte del complejo de la Ciudad de la Justicia —en la frontera entre Barcelona y L’Hospitalet— pero que no es propiamente un edificio judicial: el Instituto de Medicina Legal, un edificio de 4.000 metros cuadrados y seis plantas donde trabajan los forenses.
“Hemos habilitado una sala en el IMELEC donde, si es necesario, los menores podrán pasar la noche. Estarán siempre acompañados por un equipo educativo. Tendrán comida caliente y ducha”, explica a este diario la directora de la DGAIA, Georgina Oliva. “Intentaremos que sea el mínimo tiempo posible”, agrega. La sala está en funcionamiento desde la noche del lunes. Los trabajadores han trasladado allí colchones para que los menores extranjeros duerman. El Departamento de Justicia, titular del edificio, asegura que lo ha cedido “para ayudar” a la DGAIA a encontrar un emplazamiento como solución “provisional”. Pero insiste en que la gestión del espacio corresponde solo a ese organismo y rechaza concretar en qué lugar se ha colocado a los menores.
Fuentes judiciales, sin embargo, han detallado a este diario que el espacio escogido como alternativa al área de custodia de los Mossos d’Esquadra es la sala de actos del instituto de medicina legal, un espacio de unos 150 metros cuadrados donde se han instalado los colchones para los menores extranjeros. En el semisótano del edificio hay duchas destinadas a los médicos forenses. Pero los menores no las utilizarán. “Irán a ducharse al edificio de la Fiscalía”, que está ubicado a apenas 50 metros de distancia, precisan las mismas fuentes. “Es un edificio enorme y nuevo, con calefacción. Para una solución muy provisional no está mal”, detalla un forense.
La solución del instituto de medicina legal, señala la DGAIA, es “provisional”, hasta que se encuentre un espacio que sirva para acoger a los menores durante sus primeras horas y días de estancia en Cataluña. Cuando son encontrados en la calle o se presentan voluntariamente en comisaría, los menores son llevados a la Ciudad de la Justicia para ser identificados y para comprobar su minoría de edad. Es un trámite sencillo, y la tutela es, desde el primer momento, responsabilidad de la DGAIA, no de los Mossos ni de la Fiscalía de Menores, según la ley.
Asignarles un centro de acogida definitivo, sin embargo, está llevando más tiempo del deseado. La DGAIA advierte, en ese sentido, de que la ubicación en el instituto forense es una medida “provisional” para cumplir la orden de la juez decana, y que se están buscando otros espacios de primera acogida. Inicialmente, se valoró la posibilidad de ubicar a los menores en un edificio de uso residencial que también forma parte del complejo de la Ciudad de la Justicia. Esa opción, sin embargo, se ha descartado y ahora se están explorando “tres opciones”, detalla la directora.
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