Otro día de música

No hace falta volver a insistir en el fenómeno que supone la música de cine para un auditorio y en las posibilidades que abre para introducir a las generaciones más jóvenes en el mundo de la música sinfónica. La música hecha para la gran pantalla sigue siendo, a día de hoy, una forma refrescante de consumir el repertorio orquestal o de cámara —recuerden aquel adictivo y enloquecido cuarteto de cuerda de Réquiem por un sueño—. Por eso el desembarco de la Film Symphony Orchestra de Constantino Martínez-Orts en el Auditorio Nacional es siempre una buena noticia para la música. Muestra de ello es que ya apuran las últimas entradas en la sala de la calle del Príncipe de Vergara para su concierto del próximo viernes.

Una de las grandes sorpresas de este programa será la oscarizada banda sonora de La La Land, que a tantos se le ha metido en la cabeza como una droga desde que saliera la película. Las canciones de Justin Hurwitz, compañero musical de batalla del director Damien Chazelle desde sus primeras películas, han conseguido que este musical sea un mano a mano desde sus inicios y no una película en la que música y filmación van por separado hasta un ensamblaje final —salvando las distancias, como pasaba, por ejemplo, con Federico Fellini y Nino Rota—. Pero no solo del musical de Los Ángeles vivirá el repertorio de este concierto. Los amantes de los grandes clásicos podrán soñar a Paul Newman por el desierto con la banda sonora de Éxodo o rememorar a Bogart con los sones de Casablanca.

Y habrá espacio para las melodías que nos transportan a ese mundo onírico del cine: La Misión, Tiburón, Hook, El hombre de acero, Titanic, Bailando con lobos… Una gran selección para vibrar en un concierto que promete emociones fuertes.