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La división en Cataluña llega a la BBC

La cadena británica emite un debate sobre la crisis política catalana con preguntas de 300 invitados

Cristian Segura
Alfonso Dastis, esta mañana en la BBC.
Alfonso Dastis, esta mañana en la BBC.

La BBC ha podido comprobar la fractura que genera la independencia unilateral en la sociedad catalana. La cadena de televisión británica consideró que sería una buena idea organizar un debate sobre el conflicto en Cataluña previo a la intervención parlamentaria de este jueves del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. El programa ha sido grabado este miércoles en Barcelona para ser emitido el jueves por la mañana. La división se ha plasmado nítidamente pero también de forma civilizada, y no se ha notado solamente entre los ponentes pero también entre el público presente.

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La televisión británica diseñó el programa para permitir intervenciones entre un público formado por 300 personas, divididas en tercios según su tendencia en la cuestión: independentistas, unionistas o neutrales. La euforia del independentismo y el malestar del unionismo que se detecta en la calle también se vio durante el acontecimiento. Durante el tiempo previo de espera, el presentador Stephen Sackur interactuó con el público. Los aplausos más sonoros se oyeron cuando Sackur leyó una información de última hora de Associated Press según la cual el vicepresidente Oriol Junqueras anunciaba que su presidente, Carles Puigdemont, declararía la independencia. Más aplausos se llevó un joven que comparó el programa de entrevistas Hard Talk, dirigido por Sackur, con el trabajo de Mònica Terribas en Catalunya Ràdio y anteriormente en TV3. Que el experimento podía ser agitado quedó claro en los preliminares, cuando una mujer preguntó si podía abuchear intervenciones que no compartiera. Sackur pidió que no convirtieran el programa en un circo. Las alarmas saltaron cuando la estrella de la prensa rosa Álvaro de Marichalar tomó la palabra para llamar mafiosos al Gobierno y a la Generalitat, y para defender con vehemencia la unidad de España durante 500 años –Marichalar fue candidato de UPyD en las elecciones generales de 2008. La selección de aplicación de los invitados fue supervisada por la BBC con la condición de que hablaran inglés y completaran un formulario para definir su posición en la cuestión.

La filmación empezó una hora tarde por el retraso de uno de los ponentes, Ricardo Gosalbo, exdirector jurídico del Consejo Europeo y Profesor de Derecho de la Universidad de Valencia. Por parte del Gobierno participó Jorge Toledo, secretario de Estado para Asuntos Europeos; la Generalitat estuvo representada por su Delegado en Bruselas, Amadeu Altafaj. El cuarto ponente era Lesley Riddoch, conocida activista del independentismo escocés.

Un momento del debate.
Un momento del debate.

Hablar con la calle”

Cada ponente tuvo cinco minutos iniciales para exponer su posición sobre la situación. Altafaj invocó los mil años de identidad catalana y destacó que el problema se soluciona con diálogo y no por la vía judicial. Altafaj aprovechó la audiencia internacional de la BBC para lanzar una advertencia: “Con la aplicación del artículo 155 entramos en lo desconocido”, dijo Altafaj, que avisó que existe el riesgo de “caos” e “incertidumbre no solo para España sino para Europa”. El debate finalizó con otra advertencia de Altafaj, que Sackur preguntó si se trataba de una amenaza: “Si aplicas el 155, matas al interlocutor y pasas a hablar con la calle”. Riddoch confirmó el temor de los dirigentes de la Unión Europea, el riesgo de mimetización de la unilateralidad catalana: “Lo que sucede en Cataluña es importante para Escocia porque los escoceses pueden volver” con la exigencia de otro referéndum, dijo Riddoch.

El debate fue un calvario para Toledo ante un público independentista muy motivado. Sus palabras eran recibidas con desaprobación cada vez que iniciaba una intervención. Un joven le interpeló con una fotografía de una señora con la frente ensangrentada tras una carga policial del 1-O. Sackur apretó de forma especial a Toledo y cuestionó que la democracia fuera compatible con detener a Puigdemont. El secretario de Estado replicó que esa es una decisión que deben tomar los jueces.

El primer abucheo irrumpió cuando una chica aseguró que la Generalitat gastaba millones en propaganda para demonizar al Gobierno central. Tras los gritos de buena parte del público, Altafaj dijo que “es insultante describir como propaganda los esfuerzos del gobierno catalán para explicarse”. Pese a jugar en casa, el representante de la Generalitat también sufrió su particular abucheo cuando afirmó que Puigdemont tiene un claro mandato social para proclamar la independencia.

Los observadores exteriores en el debate dejaron avisos de peligros reales. Gosalbo constató que “sin respeto al Estado de Derecho no hay democracia” y Roddich admitió su preocupación porque no ve posible ni diálogo, ni compromiso ni renuncias por parte de ninguna de las partes, una situación, añadió, que le recuerda al enquistamiento del conflicto político en Irlanda del Norte. “Este sí fue un programa duro”, sentenció Sackur entre risas de alivio cuando la grabación ya había finalizado.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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