El debate secesionista sitúa a Colau en una encrucijada para gobernar
Si la alcaldesa rompe con el PSC volverá a estar en minoría y, si no, los partidos independentistas bloquearán cualquier acción de gobierno
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tiene un complejo panorama para gobernar en lo que queda de mandato. Un escenario condicionado por el debate soberanista. Barcelona en comú debate hoy si debe romper con su socio, el PSC, si apoya la aplicación del artículo 155 por parte del Gobierno español. Si se mantuviera el pacto, los partidos independentistas (PDeCAT, ERC y la CUP) se negarán a votar cualquier iniciativa y bloquearán la acción de gobierno. Y si el pacto con los socialistas se rompe, Colau volverá a gobernar en minoría, dependiendo de la geometría variable con solo 11 concejales y seis grupos delante.
El debate independentista lleva meses condicionando la política del Ayuntamiento de Barcelona. En los plenos, sin ir más lejos, las proposiciones sobre cuestiones a favor o en contra del proceso soberanista suelen llevarse el protagonismo. Pero el agravamiento de la crisis institucional desde el referéndum independentista del pasado 1 de octubre, con la amenaza del Gobierno central de suspender la autonomía, ha provocado un terremoto en el Gobierno de Colau, que se plantea romper con el PSC. Los socialistas, mientras, aseguran que están satisfechos con el gobierno y que no tienen intención de abandonar el ejecutivo en el que han estado desde la democracia, con el paréntesis del mandato de Xavier Trias (PDeCAT).
Pero ni la eventualidad de hacerlo ni la de mantener el pacto facilitarán la acción de gobierno a Colau. El equipo de la alcaldesa asume que si mantiene el pacto los partidos independentistas bloquearán cualquier iniciativa o acción de gobierno. De hecho, ya lo hicieron la semana pasada cuando hubo que posicionarse sobre el proyecto de ordenanzas fiscales. La oposición en pleno votó en contra. Y los reproches de PDeCAT y ERC a Barcelona en comú por compartir gobierno con los socialistas, que en Madrid apoyan al presidente Mariano Rajoy, fueron tremendos. Unos reproches que continuaron a finales de semana y ayer en las comisiones previas al pleno previsto para el viernes.
Desde el PDeCAT, Jaume Ciurana fue durísimo afirmando que Colau “gobierna con quien está en el núcleo duro de la estrategia de la represión contra Cataluña”. Y desde ERC, el sábado, tras conocerse los detalles de la aplicación del 155 y que el PSOE reiteraba su apoyo, Alfred Bosch exclamó en las redes sociales que Barcelona, “la capital catalana no puede estar gobernada ni un minuto más” por los socialistas.
En el caso de la CUP, su postura es distinta. “Ante la aplicación del 155 seguimos con la actividad institucional parada. Hoy no asistiremos a las comisiones. Nos vemos en las calles”, expresaban ayer los anticapitalistas.
El escenario de romper el pacto de Gobierno no es más sencillo para Colau y sus diez concejales contra otros 30, de hasta seis formaciones distintas. Tras romper, es lógico pensar que con el PSC no contarían. El PDeCAT, con nueve concejales, es la segunda fuerza y comenzará a querer marcar perfil propio ante las próximas elecciones. Ciurana recuerda con todo su "disposición a consensuar y pactar propuestas que favorezcan el progreso social y económico" y recuerda que el PDeCAT votó el plan de vivienda a Colau o la ley de barrios, pese a tener "un modelo de ciudad antagónico". "Para construir nos encontrarán a su lado, para destruir, nunca", resume.
ERC nunca se lo ha puesto fácil a Colau. Ni la CUP. El PP suele votar en contra de las iniciativas del equipo de la alcaldesa. Queda el concejal no adscrito, Gerard Ardanuy. Y desde Ciutadans, su jefa de filas, Carina Mejías, lamenta que BComú “nunca hayan demostrado tener ningún interés” para llegar a acuerdos con ellos. “El frenazo será total”, vaticina Mejías.
Además de las ordenanzas fiscales, Colau tiene por delante negociar en este contexto el presupuesto de 2018 —que puede sacar adelante con otra cuestión de confianza—, el tranvía o las ordenanzas de terrazas y civismo.
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