Con vistas al Ganges

Atul Kochhar aterrizó en Madrid en 2015 cargado de expectativas; el chef indio llegaba a la capital con una estrella Michelin conseguida en su restaurante londinense. Benares (calle de Zurbano, 5; menú degustación de 35 y 55 euros; a la carta, unos 40 euros) se ha convertido en una ventana a la alta gastronomía de India. Antes de empezar es casi obligatorio probar alguno de sus originales cócteles (también los hay sin alcohol), que además de servir de aperitivo, funcionan a la perfección como postre. Mezclas a base de ginebra, pisco o whisky con efectivos guiños al país asiático como el Bangalore, con indian single malt y servido en un vaso con forma de ave, o el Kolkata, elaborado con ginebra india.

Tras el refrescante comienzo, llega el tiempo de los platos. Si los menús degustación son perfectos para hacer un recorrido por la cocina de Kochhar, la carta permite experimentar con originales y sabrosas propuestas como la codorniz tandoori con salsa de tamarindo o la pakora de verduras (vegetales finamente rebozados en harina de garbanzos). Kochhar acaba de renovar sus propuestas recogiendo en ellas la tradición india y los potentes sabores de su gastronomía sin abusar de las especias (como máximo, cuatro o cinco por cada receta).

La mezcla funciona: cada plato que llega a la mesa, aparte de sorprender por su acertada presentación, seduce en el paladar y hace viajar al comensal. Si además la reserva se ha hecho en su terraza —“con vistas al Ganges”— el viaje es completo al comer o cenar junto a un apacible estanque, un proyecto de Cousi Interiorismo. Para finalizar, además de un postre (nadie debería perderse la ostra de dos chocolates) se puede retornar a los cócteles para quedar completamente embriagado por los sabores y olores de India.