El Macba y lo profundo del arte contemporáneo
El museo reflexiona sobre materia y pintura en una exposición
Ante una obra de arte contemporáneo son muchos los que piensa o llegan a verbalizar: “eso lo hace cualquiera”. Para demostrar la dificultad de toda obra de arte y reflexionar sobre conceptos como superficie, materia y campo pictórico y como pueden verse alterados y cambiar sus papeles, además de comprobar que bajo la apariencia del arte contemporáneo suele haber un mensaje profundo, el Museo de Arte contemporáneo de Barcelona (MACBA), ha seleccionado 41 obras de su rico fondo patrimonial (formado por 5.800 obras) creadas por 24 artistas entre la segunda mitad del siglo XX a la actualidad. La muestra Colección Macba. Bajo la superficie celebra los 30 años de la Fundación Macba (el sector privado del Consorcio Macba), creada en 1987 con el objetivo de aportar la financiación necesaria para la formación de la colección de arte contemporáneo del museo.
Antònia Maria Perelló, conservadora y jefa de colecciones del Macba conoce bien el fondo que se ha ido formando en el Macba en estos años. Ella ha comisariado las 33 muestras en las que se han ido exponiendo las obras de esta enorme colección. También esta tan espacial “en la que se explora lo que subyace bajo la piel de la obra de arte” en la que pueden verse las piezas, desde la obra de Ignasi Aballí El gran error en el que el artista ha tachado con típex obras como el Cuadrado negro de Kazimir Málevich “como mensaje de subversión respeto a los grandes maestros”, explica Perelló. En este comienzo del recorrido Aballí dialoga con el informalimso de Lucio Fontana y Antoni Tàpies que no reproducen la realidad, sino que la crean, como la enorme obra de Tapies que más que un cuadro construye una pared en Pintura ocre.
Los cuadros se pintan con pigmentos, pero tienen más utilidades. Karla Black los transforma en parte de sus esculturas en Particle Debt, mientras que Ángela de la Cruz destroza y estruja los lienzos en Clutter, dándoles formas casi religiosas “con rabia y como experiencia de su yo interior”, Perejaume los tritura para hacer compostaje, Latifa Echakhch los utiliza para pintar de azul las paredes de una estancia en À chaque stencil una révolution, el mismo color que utiliza Derek Jarman para mostrar, en su película Blue, los efectos que le producen en la visión los fármacos para tratar el sida. No son los únicos en los que los materiales se convierten en protagonistas absolutos. Dora García convierte el pan de oro, rico y perfecto, pero también venenoso, en Bolsa dorada y las esculturas de James Lee Byars The Spherical Book realizadas con mármol buscan las formas perfectas e ideales.
La comisaria consigue su objetivo de llevarnos bajo la superficie de lo que vemos dando sentido a cada una de las piezas. De todas, impresiona Atrabiliarios de Doris Salcedo en la que remite a la memoria colectiva de todos los desaparecidas en Colombia. Detrás de una piel de pergamino traslúcida, se adivinan sus zapatos.
La muestra se cierra con una de las obras más grandes de la muestra: Architettura dello Specchio, el enorme espejo creado por Michelangelo Pistoletto partido en cuatro que tiene un marco policromado dorado. “Por un lado es la ausencia de pintura y por otro es la mejor manera de reflejar la realidad de la forma más figurativa posible”, remacha Perelló.
La lista de autores posibles podría ser otra: Miquel Barceló, Josep Beuys, Brassäi, Alexander Calder o Esther Ferrer, también forman parte de esta enorme colección creada desde hace 30 años.
Crecer para exponer siempre la colección
El director Ferran Barenblit lo dejó caer y Perelló lo explicó: el Macba tiene en mente exponer de forma estable su enorme colección. Eso pasa por un crecimiento de las instalaciones fuera del edificio de Richard Meier y por conquistar la plaza dels Àngels como se anunció en 2014 cuando todavía vivía Leopoldo Rodés y Bartomeu Marí dirigía el centro.
Según estos planes, la capilla del antiguo convento de la Misericórdia permitiría ganar 3.000 metros para exponer de forma permanente una selección de las cerca de 6.000 obras del museo. “Es nuestra voluntad”, aseguró Perelló que dijo que trabajan para que sea una realidad en otoño de 2018.
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