Madrid y París se funden en un abrazo cultural

¿Se acuerdan de aquel intercambio de guiños que mantuvieron en Twitter la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y la de Madrid, Manuela Carmena? Pues aquel beso, aquella petición de Carmena para “robarle” a París el título de capital del amor, parece que no fue un romance de verano. El próximo mes de octubre las dos capitales se hermanan para intercambiar identidad, cultura y urbanismo: una ciudad será la otra durante cuatro semanas. La conexión, que arranca el día 1 en la capital francesa y el 3 aquí, se llama Tándem y ofrecerá una treintena de actividades culturales. Se trata de una propuesta que ya les unió a ciudades como Nueva York, Berlín o Dakar. “Es algo muy nuevo y especial porque vamos a poder estar en Madrid y tener París y los parisinos en Madrid”, resume la alcaldesa Carmena.

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“Queríamos evitar que fuera lo típico”, explica un portavoz del área de Cultura del Ayuntamiento, “no limitarnos a tú programas cosas de París en Madrid y viceversa. Les planteamos que, en vez de trabajar alrededor de un programa únicamente, hacerlo en torno a las ideas”. Y esas ideas giran alrededor de un eje trasversal: las transformaciones urbanas y el papel del arte, la cultura y la participación ciudadana. “A París le gustan las dinámicas que Madrid está haciendo y las comparten”, añade, “el trabajo en huertos urbanos, barrios, plazas”. Por eso, una de las actividades principales será la que unirá, virtualmente, los recién reformados jardines del Arquitecto Rivera (en la calle Barceló)y la Place de la Nation en París, en proceso de restauración. “Va a ser muy interesante este intercambio constante desde estas dos plazas emblemáticas”, añade la alcaldesa.

Este epicentro será lo más simbólico, pero habrá más de 30 actividades a lo largo de todo el mes. Antes de llegar a la inauguración, cuenta el Consistorio, se puso en contacto a estudios de las dos capitales para pensar qué actividades podían hacer juntos. Muchas de las actividades también han surgido de forma espontánea por parte de instituciones francesas en la capital.

Además, una semana antes del arranque del programa se eclebra la Semana de la arquitectura y en el Colegio de Arquitectos (COAM), y París es la ciudad invitada esta edición. “El COAM se ha sumado con una exposición sobre París y el Instituto Francés con un ciclo de cine”, en el que se proyectarán Mon oncle, de Jacques Tati (1958) y Besos robados, de François Truffaut (1969), entre otras. Además, “Cineteca quiere aprovechar para abrir el debate la financiación pública del cine en Francia”.

El Instituto Europeo de Diseño (IED) también participa; lo hace con su homólogo parisino y los dos colgarán carteles sobre las dos ciudades en la plaza de Tribunal. También el Teatro Español que, junto al Théâtre de la Ville, programará una obra escrita a cuatro manos entre dos dramaturgos españoles y dos franceses, de forma improvisada y con una trama alrededor de canciones. "No se podrán replicar las mismas actividades en una y otra ciudad aunque habrá paralelismos constantes", apuntan los organizadores, “por ejemplo, nuestro río no es tan largo como el Sena, que ellos usarán para exhibir la obra de la fotógrafa Isabel Muñoz”.

El laboratorio artístico o la residencia quedará plasmado en Habitando dos ciudades en el que dos diseñadores de Madrid y otros dos de París se aproximan a la realidad urbana a través de la movilidad, la sostenibilidad, la comida, el arte, la cultura, el trabajo o la vida de las personas mayores. Este proyecto se plasmará en la producción de un corto documental que se mostrará en las dos capitales. Asimismo, las dos compartirán a exposición fotográfica La même indifférence, que muestra las realidades de dos barrios periféricos, Orcasur, en Madrid, y La Coumeuve, en París. Estará en CentroCentro Cibeles del 19 de octubre al 7 de enero 2018.

“La idea era que hubiera un trabajo previo y que se deje una semilla que se pueda convertir en algo que se repita cada año, con otros países quizá”, apunta el área de Cultura. “La filosofía es que no sea efímero, sino que haya un uso cultural, una reflexión sobre los espacios, sobre cómo cada ciudad lo vive, lo transforma, decide sobre él”, explica. “Madrid manda una tipografía castiza y ellos nos regalan una para Arquitecto Ribera con la típica señalética de la capital francesa… es un proyecto humilde, pero con futuro”.