“Mariano Rajoy ha estado cinco años de vacaciones con el tema de Cataluña”
El expresidente de la Generalitat cree que tras el 1 de octubre habrá que "dialogar, negociar y pactar"
José Montilla (Iznájar, Córdoba, 1955), presidió la Generalitat cuatro años y en noviembre de 2007, al inicio del mandato, alertó de la “desafección” de Cataluña con España sin que fuese considerada esa advertencia.
Pregunta. ¿Pensó que se llegaría a donde estamos?
Respuesta. No, aunque había algunos indicios. Los acontecimientos se han precipitado en el último año por la falta de negociación. El Gobierno de Mariano Rajoy ha estado cinco años de vacaciones en lo que respecta a Cataluña, cuando no provocando algunos incidentes. Y ahora se ha dado cuenta del enorme problema que tiene encima de la mesa, que lo tenemos todos.
P. ¿Qué va a pasar el 1 de octubre?
"El día 1 no habrá un referéndum legal ni legítimo con efectos vinculantes”
R. No lo sé, no tengo una bola de cristal, pero sí creo que estaremos peor que hoy. Es probable que en algunos lugares se vote, que en otros no y que haya algaradas en la calle. Pero no habrá un referéndum reconocido, legal, legítimo, con efectos jurídicos. Me preocupa que lleguemos a esa fecha con una sociedad catalana más dividida y con unas instituciones de autogobierno erosionadas porque el Gobierno de la Generalitat y la mayoría que lo sustenta está actuando al margen de la ley desde el pleno del Parlament del 6 y 7 de septiembre, cuando se aprobó la ley del referéndum y la de ruptura. Después del 1 de octubre tiene que haber diálogo, negociación y pacto.
P. Las posiciones se están enconando mucho. ¿Qué le hace creer que habrá diálogo?
R. Antes del día 1 hay que pedir prudencia, proporcionalidad y tratar de evitar las provocaciones. Después será más difícil el diálogo, pero no hay otra salida. Estamos en una democracia, aunque hay quien lo niega, y lo que ha de primar es la política.
P. En su comunicado con motivo de la última Diada consideraba “urgente” reformar la Constitución. Con la correlación de fuerzas que hay en el Congreso y el Senado no parece fácil.
R. No soy un iluso, pero creo que ahora hay más condiciones para reformar la Constitución que hace un año o que hace cinco. El PP es más débil, hay nuevas formaciones políticas que son conscientes de que hay que cambiar cosas y la opinión pública catalana y española considera que para seguir teniendo un proyecto compartido es necesario cambiar la Constitución.
"Ahora hay más condiciones para reformar la Constitución que hace un año o cinco"
P. El independentismo rechaza de pleno esa vía.
R. El proyecto de romper con la Constitución y el Estatuto no tiene mayoría social. Los grandes cambios se han de hacer sobre la base de grandes consensos, como en 1978. Es impensable que una mayoría o una minoría del 50% se pueda imponer a la otra para cambiar las reglas del juego, que es lo que han hecho con el Estatut al aprobar la ley de transitoriedad. No solo es un disparate, sino que es ilegal.
P. La sentencia del Constitucional sobre el Estatut de 2010 se señala muchas veces como el inicio del problema político, pero el independentismo recuerda que Rodríguez Zapatero incumplió la promesa de recuperar las competencias que quedaron mutiladas y que tampoco cumplió la aportación económica a la Generalitat que preveía la Disposición Adicional tercera del texto.
R. Eso son argumentaciones tramposas. Hubo planes que no se pudieron aplicar porque la crisis económica afectó a todas las Administraciones. El origen está en la sentencia del Estatut, aunque en las elecciones catalanas de 2010 que se celebraron meses después, el independentismo perdió posiciones. Entonces CiU no llevaba la independencia en su programa, ni siquiera la consulta, sino un pacto fiscal. El independentismo coge fuelle a partir de 2012 por la crisis económica. Los efectos se empiezan a notar más que nunca a partir de 2011, con un Gobierno del PP con mayoría absoluta que no solo no negocia ni trata de rehacer puentes, sino que vuela los pocos que quedaban.
"El independentismo empieza a coger fuelle a partir de 2012, con la crisis económica y la mayoría absoluta del PP"
P. ¿La moción de censura a Rajoy por parte de Pedro Sánchez es una buena solución?
R. Las mociones se han de hacer para ganarlas numérica o políticamente, no para mostrar tu propia debilidad. En estos momentos no es posible en el Congreso una mayoría alternativa al PP, porque las formaciones con las que habría que hacer la moción tienen programas absolutamente enfrentados. No se puede pactar una moción con los que se quieren ir de España
P. ¿Comparte el apoyo que está prestando el PSOE al Gobierno en la crisis política catalana?
R. Un partido que ha gobernado y que aspira a gobernar España no puede hacer otra cosa que cerrar filas con el Estado de derecho. Y eso implica actuar con una cierta lealtad con el Gobierno de Rajoy que el PP no tuvo cuando estaba en la oposición. Recuerdo la recogida de firmas contra el Estatuto y la frase de Cristóbal Montoro de “que se caiga España que ya la levantaremos nosotros”. Este problema no se soluciona solo con la judicatura y la fiscalía, pero situar a las instituciones catalanas fuera del Estado de derecho, como ha hecho el Gobierno de Carles Puigdemont, me parece una tremenda irresponsabilidad
"Sería bueno que también hubiera prudencia y mesura con las decisiones judiciales"
P. Los registros en la Generalitat, las detenciones de altos cargos e imputación de más de 700 alcaldes tampoco ayudan a rebajar la tensión.
R. Respeto las actuaciones judiciales y de la fiscalía, pero sería bueno que también hubiera prudencia y mesura. Si yo fuera fiscal no hubiera tomado esa medida, que incluso me parece poco operativa, pero los alcaldes no están por encima de la ley. Y a los alcaldes también hay que dejarlos en paz. Gestos como los del presidente de la Generalitat animando a increparlos por la calle no me parecen de recibo.
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