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El Escorial defiende la legalidad de la tumba de la ‘vidente’ Amparo Cuevas

El cuerpo permanece expuesto en una capilla construida en un terreno protegido no urbanizable

Capilla en Prado Nuevo donde se produjeron las supuestas apariciones.
Capilla en Prado Nuevo donde se produjeron las supuestas apariciones.Santi Burgos

Desde hace 36 años, el primer sábado de cada mes, una multitud de fieles camina en procesión hasta Prado Nuevo, una pradera a las afueras de El Escorial. Se detiene ante un fresno en el que Luz Amparo Cuevas, una supuesta vidente, afirmó que se le había aparecido la Virgen en 1981. La mujer murió el 17 de agosto de 2012, pero la polémica entre seguidores y detractores continúa. Cinco años después, el cadáver sigue expuesto en una capilla autorizada por el Ayuntamiento en un terreno protegido no urbanizable. Un juez la declaró ilegal el año pasado, pero el Consistorio y la Comunidad recuerdan que la sentencia está recurrida, por lo que, sostienen, cualquier movimiento por su parte debe esperar a que le fallo sea firme.

En 2012, el Ayuntamiento de El Escorial, gobernado por el PP, otorgó licencia provisional a la Asociación de Seglares Reparadoras, conocidos como los virginianos, para edificar una capilla en la que meses más tarde fue enterrada la vidente, que murió a los 81 años. El suelo estaba calificado como no urbanizable protegido, por lo que varias asociaciones denunciaron su construcción. En febrero de 2016 el Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 23 de Madrid les dio la razón. El auto indicaba que “solo podrá darse licencia municipal si previamente se ha otorgado la correspondiente calificación urbanística”. Es decir, primero habría que modificar la normativa “para poder considerar que el suelo en cuestión admite el uso que se propone”.

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La sentencia fue recurrida al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (que aún no lo ha resuelto) por los virginianos, gestores del legado de Cuevas. En su opinión, el problema es “técnico”, ya que la ermita se asienta sobre un “terreno particular”. Pedro Besari, portavoz del movimiento religioso, explica: “Después de la sentencia, la Comunidad realizó un informe por escrito en el que se basó el Ayuntamiento para dar la licencia. Previamente se había dado verbalmente, pero el juez dijo que verbal no valía”. El Gobierno regional no tiene constancia, según un portavoz, ni del presunto informe no de ningún permiso verbal, e insiste en que no puede intervenir hasta que el veredicto sea firme.

Denuncia por vía penal

El mismo portavoz gubernamental explica que el urbanismo es competencia municipal, pero que en este caso el Consistorio “se debió solicitar a la Comunidad una autorización de uso antes de permitir la construcción de la capilla”. El Ayuntamiento nunca hizo esa solicitud. Un portavoz del municipio se limita a certificar por correo electrónico que han recurrido la sentencia, pero no explica los motivos que le llevaron a permitir la construcción y prorrogar anualmente la licencia. Para Santiago Herranz, presidente de la plataforma El Escorial Laico y exconcejal de IU, tras esta decisión se esconden motivos electorales: “Tienen [los virginianos] censada en el pueblo a mucha gente que no vive aquí”, pero pueden decantar el resultado de unos comicios, sostiene. La Asociación de Víctimas de las Supuestas Apariciones de El Escorial (ASVAE) también denunció la capilla, pero por vía penal. Pidió su cierre cautelar, pero la justicia no se ha pronunciado aún.

“Ella es la que nos enseñó a amar”, reza el epitafio del sarcófago de Cuevas. La tumba está en la capilla y se ha convertido en un lugar de peregrinación. Acuden fieles de toda España y de países como Francia, Portugal y México, en los que los virginianos tienen una importante presencia. El enterramiento de la vidente fue polémico porque se realizó en la propia ermita. Un mes después, en septiembre de 2012, la Consejería de Sanidad abrió una inspección para establecer si se había vulnerado el reglamento de Sanidad Mortuoria. En diciembre consideró que ese no era “un lugar adecuado de enterramiento”. El Ayuntamiento pidió a la familia de Cuevas que llevaran su cuerpo al cementerio, pero nunca sucedió. De hecho, un portavoz de la consejería dice ahora no saber nada del resultado de aquella inspección de 2012 y asegura que el sepulcro sí cumple la normativa; así se lo comunicó en febrero de 2014 al Consistorio, que unos meses después legalizó la tumba como “enterramiento singular”.

Un patrimonio millonario

Juan Carlos Bueno, presidente de la ASVAE, defiende que, tras una aparente actividad religiosa, se esconde una secta. En su opinión, el ideólogo es Miguel Martínez Pascual, un barnizador de pianos en cuya casa trabajaba Cuevas como empleada doméstica. “Era 1981 y ya causaba furor el Palmar de Troya, así que esta gente copió el modelo”. Bueno asegura que captaron a su hermano. “Era agricultor en Aragón y tenía un patrimonio superior al millón de euros. Lo han desplumado y no nos dejan verlo”. Esta situación le motivó, junto a otro medio centenar de familias, a crear en 2006 la asociación de víctimas: “No entendemos cómo las Administraciones mantienen esta farsa”.

“Han creado una especie de parque temático que demuestra que su única intención es ganar dinero”, insiste Bueno. Según sus estimaciones, los virginianos cuentan con un patrimonio de 130 fincas en varios países y supera los 300 millones de euros. La cifra es desmentida categóricamente por su portavoz, Pedro Besari: “Nuestras cuentas se auditan desde hace años. Hay transparencia”. El movimiento se financia, explica Besari, gracias a las familias que hacen vida comunitaria en El Escorial, que ponen sus bienes en común. “La administración es mancomunada y el dinero que sobra se dedica a obra social, que es el verdadero objetivo”.

Los virginianos también reciben donaciones, para lo que se crearon varias fundaciones. La principal es la Fundación Benéfica Virgen de los Dolores que, según las últimas cuentas presentadas ante el Patronato de Fundaciones, del Ministerio de Justicia, tenía un patrimonio de 24,9 millones en 2014. Parte de ese dinero sale de los inmuebles donados por particulares. Por ejemplo, en 1989 un industrial portugués donó nueve viviendas en la calle de La Bañeza, en el madrileño barrio de El Pilar. Las casas valían un millón de pesetas (6.000 euros). Años más tarde se vendieron algunas por 11 millones (66.000 euros).

La historia de los virginianos comienza en junio de 1981 con la visión de Cuevas en El Escorial. El número de seguidores aumentó rápidamente y el pueblo comenzó a llenarse de autobuses. A mitad de los ochenta, la Iglesia Católica creó una comisión para analizar las apariciones. Se utilizó un informe del psiquiatra Francisco Alonso-Fernández, que desmontó los mensajes de Cuevas y señaló que las visiones se debían a la personalidad y la experiencia vital de la vidente. El Arzobispado de Madrid difundió en 1985 un comunicado rogando a los sacerdotes que se abstuvieran de participar en los actos de Prado Nuevo porque “no consta el carácter sobrenatural de las supuestas apariciones”. Sin embargo, en junio de 1994 y sin previo aviso, Ángel Suquía, arzobispo de Madrid, autorizaba la Asociación de Fieles Reparadores de Nuestra Señora de la Virgen de los Dolores.

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