Afortunado Carpe Diem

Cuando Carl Orff estrenó en Frankfurt su Carmina Burana, parecía que el cielo se hubiese encontrado con la tierra y aquella Fortuna divina a la que imploraban los textos hubiese recaído sobre el compositor, que vio como aquella música salvaje y profundamente ostentosa calaba en el público para hacer correr su fama como la pólvora. Aquella composición, en la que escuchamos lenguas como el alemán, el latín o un poco de francés, vuelve a un entorno a la altura de la ciudad y de su historia: la Plaza Mayor de Madrid. Será el miércoles a partir de las 21.30 bajo el cielo de Madrid, y aunque la entrada es gratuita, el aforo es limitado.

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El origen de los textos a los que Carl Orff puso música hay que buscarlo en un monasterio alemán, donde fueron hallados a principios del siglo XIX. Sin embargo, estos poemas agrupados en una recopilación fechada en el siglo XIII son hijos de los llamados goliardos. Estos estudiosos nómadas integrantes o no del conjunto de las órdenes monásticas, no eran simples juglares que cantaban a la vida: tenían un carácter erudito que queda reflejado en un conjunto lírico que no solo habla del Carpe Diem sino también del profundo existencialismo que durante eones ha inquietado el día a día del ser humano.

Para aquella obra literaria compleja compuso Orff una música absolutamente arrebatadora, casi una catedral de un mundo onírico en el que las voces llevadas al límite encajan y se apoyan en una percusión poderosa. En este concierto de la Plaza Mayor serán el Magnífico Coro Nacional de España el encargado de levantar de nuevo este castillo en el aire de rotundo poder. Un coro bien trabajado para una obra exigente que en este concierto llega en una versión instrumental reducida para dos pianos y un conjunto de percusión que pondrá la épica a una obra que es mucho más que el O Fortuna.