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El Conca afea al Palau la escasa calidad de su programación externa

El organismo recomienda completar la simplificación de su gobierno tras la sentencia del 'caso Palau'

José Ángel Montañés
La sala grande del Palau de la Música durante la actuación de un coro.
La sala grande del Palau de la Música durante la actuación de un coro.Antoni Bofill

Una de las competencias del Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (Conca) es la evaluación los grandes equipamientos públicos catalanes. Después de hacerlo con el MNAC, el Mercat de les Flors, el Auditori, la Biblioteca de Catalunya, la Filmoteca de Catalunya y el Liceo, le ha llegado el turno al Orfeó Catalá y al Palau de la Música que, pese a tratarse de una entidad privada ha pedido pasar por el ojo crítico de este organismo de la Generalitat. Este lunes se ha presentado el resultado de este análisis pormenorizado realizado a los años 2013- 2016, posiblemente los más convulsos de la historia de este emblemático equipamiento cultural.

La compleja estructura de gobierno —que sin duda propició la maraña económica donde se fraguó el caso Palau ha sido uno de los mayores problemas que se han encontrado en el Conca para llevar a cabo el análisis realizado en este centro. Por eso, ayer Mercè Gisbert, secretaria del Conca, aconsejó concluir el proceso de simplificación en el gobierno de la entidad —ahora centralizado en una fundación— una vez haya sentencia. “Hasta enero de 2012, antes de que saltara el caso Palau,la gestión se dividía en tres sociedades: la Associació Orfeó Català, el Consorci del Palau i la Fundació Orfeó Català-Palau, que es la que se ha decidido unificar toda la actividad”, explicó Joan Oller, director general del Palau.

Para el Conca el lado positivo de este caso de malversación y financiación irregular es la oportunidad para la dirección de “tomar las riendas” y contrarrestar con “reformas integrales, optimización de la gestión y transparencia”. “No es fácil esa simplificación y entendemos que se necesita tiempo”, remachó Gisbert que quitó hierro, tras asegurar que el tema de la gobernanza es algo que se ha convertido en un punto débil de todas las instituciones que se han evaluado hasta ahora.

Con todo, no fue esta la única recomendación que hizo el Conca al Palau en un acto presidido por Mariona Carulla, presidenta de la Fundación del Palau de la Música. También exigió la definición de un contrato programa con las administraciones, aumentar la cooperación con otras instituciones musicales de la ciudad como son el Auditori y el Liceo, para ampliar la oferta musical; aumentar la programación de autores catalanes, además de buscar un equilibrio entre la programación propia (125 conciertos) del Palau y la externa (más del doble, 290 conciertos), de inferior calidad, y que ha crecido de forma vertiginosa en este periodo.

Para el Conca toda oferta programada en el Palau se identifica como propia de la institución, algo que puede “provocar una imagen desfavorable en referencia a la calidad percibida de determinadas promociones externas”. Por eso, pide que se generen nuevos contenidos para “garantizar el equilibrio”, bien a través de convenios con escuelas de músicas o con otros miembros del sector. “El Palau es atractivo para los promotores externos y es una fuente de recursos muy buena, pero hemos de encontrar el equilibrio entre la cantidad y la calidad”, explicó Oller, que ha asegurado que en ningún momento se han dejado de programar conciertos propios para dejar las salas para los programadores externos.

El hecho de que el Palau de la Música autofinancie en un 88% los 14,7 millones de euros que tuvo de presupuesto en 2015 (un 16% más que en 2013), es una de las bonanzas que ha remarcado el Conca en un informe en el que todos los guarismos son positivos y crecientes: público (419.727, un 33% más), abonos (2.386, 51% más) y visitantes del emblemático edificio modernista de Lluís Domènech i Montaner (191.218, un 12% más). También resaltó que se disponga de dos salas plenamente operativas, que la media de espectadores será relativamente baja (46 años la genérica y 56 los abonados); el fomento del talento joven, así como la existencia de un coro profesional propio e interiorizado y de coros amateurs de buen nivel artístico, especialmente el Cor Jove, entre otros muchos valores positivos.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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