Terrorismo y delitos de odio, en una nueva asignatura de Secundaria
La materia se impartirá en 3º ó 4º de la ESO y no es obligatoria
Los alumnos de tercero y cuarto de la ESO podrán apuntarse el próximo curso a una nueva asignatura bautizada como Respeto y Tolerancia, con la que la Comunidad pretende inculcar en los jóvenes valores que incidan en la aceptación de la diversidad y que se traduzcan en una convivencia pacífica. La materia es voluntaria, tanto para los centros escolares, que la podrán programar o no en función de sus recursos y su proyecto educativo, como para los alumnos. Serán dos horas semanales en las que se estudiarán los derechos fundamentales y se tratará la discriminación por sexo o género, el acoso escolar o la violencia en el deporte.
El sábado pasado, Cristina Cifuentes bailó a ritmo de conga con la alcaldesa Manuela Carmena a su vera en la celebración del Orgullo Mundial, se hizo fotos que subió a las redes sociales y disfrutó de la fiesta. Una imagen impensable hace unos años, no solo por la presencia sin excepción de miembros de todos los partidos políticos en el acto, sino por el ambiente de tolerancia que se respiraba en la ciudad.
En esa búsqueda del respeto y la consideración, de que nadie pueda ser discriminado por su sexo, origen, color de piel, religión, idioma, edad, discapacidad, estado de salud, orientación sexual o identidad de género, la Consejería de Educación ha programado para el próximo curso una nueva asignatura optativa bautizada como Respeto y Tolerancia. La materia está destinada a alumnos de tercero y cuarto de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), que la podrán elegir solo en uno de los cursos, siempre de forma voluntaria.
Los institutos deberán decidir si la incorporan o no a sus currículos, algo que dependerá de sus recursos y de si lo consideran adecuado a su proyecto educativo. Hay que tener en cuenta que existen otras 10 asignaturas no obligatorias, denominadas de libre configuración autonómica, entre las que se encuentran desde canto coral hasta la ampliación de algunas materias, oratoria y retórica o Educación Física y Deporte. Estas pueden ser propuestas bien por los centros escolares o por la Comunidad de Madrid. Además, existe la asignatura de Valores Éticos, que los centros tienen la obligatoriedad de ofrecer.
El programa de Respeto y Tolerancia se divide en seis bloques, en los que el Gobierno regional ha recogido los “aspectos fundamentales de la convivencia, objetivo primordial del sistema educativo”. El primer apartado se centra en conocer los derechos humanos como puntual de la igualdad y la no discriminación. En un segundo bloque se trabajan los valores humanos, “entendidos como aquellas virtudes que orientan nuestras decisiones y conductas ante la vida”. El tercer bloque de contenidos se destina a analizar el valor de la comunicación en el contexto escolar, social y familiar.
Seis bloques sobre Respeto y Tolerancia
Nueva asignatura: Respeto y Tolerancia para 3º ó 4º de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). Es voluntaria tanto para los centros educativos —que la podrán programar o no— como para los alumnos.
A propuesta de la Comunidad: La LOMCE estableció asignaturas troncales, específicas y otras de libre configuración autonómica, cuyo diseño curricular es competencia de las distintas administraciones educativas. Entre ellas se incluirá la materia Lengua Cooficial y Literatura, cuando proceda.
Implementación. Los institutos podrán incluirla en su currículo el próximo curso escolar 2017/2018.
Bloques. La materia está dividida en seis apartados: derechos fundamentales; valores; comunicación; terrorismo, guerra y genocidio; delitos de odio;y acoso y ciberacoso y sanciones.
Las distintas manifestaciones de la intolerancia y su impacto sobre la humanidad (terrorismo, guerra y genocidio) aparecen en el cuarto capítulo. Se incide en las víctimas y en la situación actual de nuestra sociedad frente a estas situaciones. En la parte quinta del programa se analizan conductas intolerantes y dañinas motivadas por el odio y la discriminación. Son los delitos de odio, que “se dirigen contra una persona motivados por un prejuicio”. Entre ellos se encuentra la LGTBIfobia o la discriminación por razón de sexo o género o el antisemitismo, el racismo y la xenofobia.
En el sexto bloque se desarrolla el acoso escolar, haciendo especial hincapié al ciberacoso y a su detección y tratamiento. Según los datos del I Informe sobre acoso escolar de la Comunidad de Madrid, el 57% de los alumnos madrileños víctimas del mismo oculta casi por completo la situación a sus familiares. En el 86% de los casos los acosadores eran chicos y chicas de la clase de la víctima. Este porcentaje se reproduce casi con las mismas cifras en el ciberbullying. El documento apunta que el acoso a través de las redes sociales no es un fenómeno desconectado de las formas tradicionales, sino que constituye una extensión del mismo a través de las nuevas tecnologías.
En el último apartado se repasan las conductas delictivas en las que pueden verse inmersos los adolescentes “sin ser conscientes de ello”, indica la Consejería. Porque, el acoso escolar puede llegar a ser un delito si las conductas del acosador se encuentran tipificadas en el Código Penal. Durante el curso pasado se contabilizaron 573 denuncias por acoso en la Inspección Educativa de las que 394, el 69%, resultaron infundadas.
Atajar la violencia en los campos deportivos
La nueva asignatura tendrá un apartado específico sobre comportamientos positivos y deportividad, dada la creciente violencia que se respira en determinados encuentros deportivos. Según datos de la Federación Madrileña de Fútbol, de los 2.500 partidos disputados en la región el año pasado, 250 registraron incidentes, de los que la mayor parte (el 90%) se originaron en las gradas. Para atajar este problema, la nueva asignatura inculcará valores inherentes a la práctica deportiva como son la lealtad, la solidaridad y el respeto. Además, hace un mes la Comunidad de Madrid anunció la puesta en marcha de un Plan de Lucha contra la Violencia en el Deporte. Entre las medidas previstas, se encuentra “la mejora de la convivencia entre las aficiones de los equipos, que es donde las federaciones deportivas detectan mayor conflictividad”. Para ello, se pondrán en marcha escuelas de padres, que en muchas ocasiones son los causantes de los problemas. También se premiará con un trofeo al equipo y afición con mejor comportamiento una vez concluida la temporada. Los ganadores serán los que hayan conseguido reunir una mayor cantidad de tarjetas blancas que se entregarán al final de cada partido.
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