“TV3 no puede influir sobre el ‘procés’ con un 11% de cuota de pantalla”

Lleva algo más de cien días al frente de la Televisión de Cataluña y Vicent Sanchis (Valencia, 1961) dice que no echa de menos participar en las tertulias políticas como periodista de largo recorrido que es. Solo hace una salvedad: le gustaría decir lo que piensa del momento político actual y, sobre todo, del que vendrá en otoño. Algo que no puede hacer por el cargo que ocupa. Asumió la dirección de la televisión autonómica con uno de los registros más bajos de audiencia de su historia —por debajo del 10%— y despertó suspicacia por ser un periodista vinculado al pujolismo y a su heredero, el PDeCat.

Pregunta. Nada más llegar ya fue reprobado en el Parlament por las circunstancias de su elección. ¿Cómo le sentó?

Respuesta. Desde el punto de vista del orgullo personal se lleva mal, pero se tiene que situar en un contexto de juego político. Está claro que no reprobaban la trayectoria profesional del director, sino la manera en que se había hecho el nombramiento. Yo ahora me atrevería a ir más allá y diría que se reprobaban estrategias políticas.

P. ¿Le hubiera gustado haber sido elegido de otra manera, con mayor consenso político?

R. El consejo son seis miembros. Cuatro me votaron a favor, uno se abstuvo y otro votó en contra. Más mayoría que esto es difícil.

P. Pero es una mayoría que no refleja al Parlament.

R. La ley se hizo para que el consejo de gobierno de la Corporación estuviera menos gubernamentalizado y que no estuviera sometido a la lógica política de cada momento.

P. ¿TV3 está suficientemente protegida para informar sin injerencias en el actual momento político?

R. ¿Quién decide cómo se debe informar?

P. ¿El director?

R. El director tiene una parte pequeña en esas decisiones y es bueno que sea así. Hay un comité de empresa para lo laboral. Un consejo profesional que se preocupa de los temas periodísticos. Diferentes grados de filtros y un sistema de contrapesos que pueden gustar o no, pero representan una garantía, además de la ley de la Corporación. Aquí a toque de pito no trabaja nadie. La mayoría de las veces que me dicen que actuamos “al dictado” lo hacen representantes políticos que luego no se lo dicen a los profesionales de esta casa. Yo creo que porque creen que es injusto.

P. ¿El procés ha perjudicado a TV3?

R. Que yo sepa, no. Pero sería bastante temerario que TV3 pueda actuar como si la realidad social o política fuera otra. TV3 debe reflejar la sociedad y el momento. Lo que yo creo es que hay gente a la que no le gusta la realidad y culpa a TV3.

P. ¿El procés hubiera tenido la misma trayectoria sin TV3?

R. La audiencia media de TV3 no llega ahora al 11% y con esa cuota de pantalla no se puede influir en el procés, ni siquiera con los informativos que tienen algún punto más. ¿De verdad que alguien puede pensar que la televisión catalana tiene un grado de influencia tan potente? Yo creo que es muy temerario decir algo así. La gente no es tonta y no se deja manipular.

P. ¿Qué papel debería tener TV3 en este momento político?

R: Reflejar la realidad con prestigio y credibilidad. TV3 no es una empresa privada, es pública y la misión que tenemos es ganarnos la credibilidad diaria y mantener el rigor. El día que la gente piense que TV3 no es un buen espejo de la realidad, pues cambiará de opción.

P. La audiencia de TV3 ya está bajando.

R. En todas las cadenas.

P. Según los últimos datos, en TV3, más.

R. Lo que ha ocurrido es que han aparecido 30.000 opciones nuevas y esas opciones han perjudicado a todos. Parece que solo se ha beneficiado el líder, Tele 5. Hay una tendencia social más frívola y más próxima al espectáculo y a la superficialidad.

P. ¿Qué amenazas tiene actualmente TV3?

R. TV3, como TVE, viene de una situación de casi monopolio televisivo, luego aparecieron las privadas y luego más y más opciones. La amenaza es la fragmentación y otra es que el consumidor ya no es de televisión, sino de productos audiovisuales. Hay una franja de edad enorme, entre los 10 y los 50, que no ven televisión, utilizan el portátil, el móvil o la tablet.