59.000 personas amanecen en las playas de Barcelona tras la verbena de San Juan

59.000 vecinos y turistas se han apoderado la madrugada de este sábado, como ya es tradición desde hace décadas, de los cinco kilómetros de las playas barcelonesas para celebrar la verbena de San Juan. Petardos, bailes, risas y excesos han dado paso justo cuando salía el sol a decenas de efectivos de los Mossos d’Esquadra, Guardia Urbana de Barcelona y Policía Portuaria. Todos ellos han desalojado las playas para que los equipos de limpieza del Ayuntamiento dejasen en poco más de tres horas la arena lista para los bañistas más madrugadores.

El dispositivo ha comenzado poco después de las seis de la mañana, cuando los agentes se han distribuido por las playas. El altavoz iba repitiendo en bucle que era el momento de abandonar la zona. Los centenares de personas que continuaban en la arena poco o nada querían oír. Los agentes crearon barreras humanas y comenzaron a peinar la playa desalojando a todo aquel que permaneciera en la zona. Detrás de los policías había líneas enteras de operarios que manualmente recogían los kilos y kilos de basura, en total 19 toneladas, que se habían acumulado tras una noche de celebración.

Las imágenes de la jornada han sido las habituales: Caras con sueño, las consecuencias del cava y basura, mucha basura. Algunos de los que permanecían en las playas dormían profundamente dentro de tiendas de campaña, sobre toallas, la arena o, directamente, encima de un montón de papeles, latas y botellas cortantes. De nada les servía que la megafonía repitiera, en varios idiomas, que era el momento de volver a casa. A algunos los buenos días se los ha acabado dando una mano enguantada de policía que tras dar dos golpecitos en el hombro ha provocado sustos matutinos, casi taquicárdicos, a los más perezosos. Otros, en cambio, se daban besos apasionadamente sin importarles que los agentes se acercaran. Pocos intentan enfrentarse a las autoridades. Sin embargo, alguno había. Pese a las provocaciones, los policías se han armado de paciencia y han evitado realizar detenciones o abrir actas donde enumerar un listado de desobediencias a la autoridad.

Unos metros detrás de los agentes andaban, en cuclillas, los operarios de limpieza del Ayuntamiento. Ataviados con uniformes fluorescentes y con el espinazo doblado han ido recopilando todos los escombros que había en la arena. Este año, además de los operarios habituales también han participado en las labores de limpieza reclusos de centros penitenciarios catalanes que se forman y trabajan en la empresa pública Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE)

El jefe de zona de la dirección de limpieza y residuos del Ayuntamiento de Barcelona, Alfons Bocchette, se enorgullecía en pleno paseo Marítimo de la gestión de la limpieza. “Nunca hay demasiados problemas , pero la gente se va de la playa a regañadientes tras los avisos de los Mossos y la Guardia Urbana. Si intentáramos trabajar sin los agentes no nos harían caso”, lamenta. Bocchette conoce cuál será el resultado: “En menos de tres horas los 308 operarios, divididos en 51 equipos, habrán recogido, a mano, la mayor parte de basura, cristales , etc. de la arena. Después, 51 vehículos recogerán las bolsas y tras ellos los tractores cribarán la arena para que todo esté listo para los primeros bañistas”.

Este año se han instalado en la zona 1.200 papeleras de cartón y 84 contenedores adicionales. Mientras los operarios van recogiendo, los jefes de cada grupo, se distinguen porque en lugar de ir de amarillo van de naranja, animan a gritos: “Venga, venga, que no quede nada, que no quede nada”.

Por delante, casi en la playa de Sant Miquel, tres Mossos obligan a una señora de mediana edad, con síntomas de haber tenido mucha sed durante la noche, a abandonar la zona. La mujer se resiste y, al final, la arrastran unos pasos hasta que decide poner fin a su resistencia y abandonar el lugar por su propio pie.

La playa parece el escenario de una batalla campal que pronto empieza a desaparecer. Son las nueve. Mientras, en la playa de la Barceloneta el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) traslada a una ambulancia a una joven que parece que ha bebido demasiado durante la noche.

Los Bomberos de Barcelona han realizado 250 servicios desde las 20.00 de ayer hasta las 8.00 en la ciudad y han tenido que sofocar 117 incendios la mayoría de ellos tras calcinarse mobiliario urbano o árboles.

En cuestión de minutos las playas están listas para los primeros bañistas que se van acumulando en el paseo Marítimo ansiosos de ser los primeros en tocar la arena. Una legión de anónimos armados con detectores de metales abandona el lugar con los pequeños tesoros encontrados en la arena. La verbena de San Juan llega a su fin y a las 9.40 los agentes se retiran y dejan paso a las toallas, las cremas solares y los flotadores.