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La Síndica de Barcelona exige más garantías antes de desahuciar sepulturas

Un vecino de Terrassa denuncia que vaciaron el nicho de un familiar sin comunicárselo por el impago de la cuota

Alfonso L. Congostrina
Cementerio de Sant Andreu, en Barcelona.
Cementerio de Sant Andreu, en Barcelona.albert garcia

“El pasado uno de noviembre, como cada año, llevamos flores al nicho de mi suegro en el cementerio de Collserola. Pero lo habían vaciado y los huesos los habían trasladado a la fosa común. Nadie nos había avisado”, lamenta este viernes la víctima del desahucio de una sepultura. Este vecino de Terrassa, que prefiere mantener el anonimato, asegura que el motivo del vaciado del nicho fue el impago de una cuota anual de algo más de 60 euros. “Nadie nos dijo nada, ahora sólo nos queda exigir responsabilidades y en secreto, porque nuestra familia no puede enterarse de que mi suegro está en la fosa por impago ”, lamenta.

La Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, ha denunciado este viernes por la mañana que trasladar los restos de una persona a la fosa común sin que la familia tenga conocimiento “provoca daños morales y puede ser merecedor de una indemnización. No es el primer caso que tenemos y algunos han acabado con sentencias judiciales. El proceso para vaciar un nicho debe tener muchas más garantías”.

La Síndica recibió la queja del vecino de Terrassa el pasado 3 de noviembre. “No solo habían sacado los restos de mi suegro, también habían tirado a la basura la lápida, una fotografía de mi hija… No nos guardaron ningún respeto”, lamenta el afectado. Cuando exigieron responsabilidades en las oficinas de Cementiris de Barcelona, les dijeron que llevaban desde 2011 sin pagar las cuotas. "Aseguran que nos enviaron varias cartas y que estábamos informados. Nosotros no hemos recibido ninguna misiva y habríamos abonado la cuota si nos hubiéramos dado cuenta. ¡Por favor...! Si cuestan más las flores que llevábamos al nicho cada año”, se queja el afectado.

El vecino de Terrassa dice que cambiaron el número de cuenta bancaria y la nueva entidad les aseguró que ella "se encargaba de la domiciliación de los recibos". "Pero no fue así y, como es un pago anual, no nos dimos cuenta. En las oficinas de los servicios funerarios tienen los acuses de recibo de las supuestas cartas que nos habían enviado sin que nosotros hubiéramos firmado los certificados”, denuncia.

Vilà asegura que la actuación de Cementiris de Barcelona, que dice haber enviado diversas notificaciones, se adecua a la ordenanza de cementerios en cuanto a la caducidad del título funerario. Aún así, la síndica sostiene que las consecuencias son lamentables e “irreversibles": "Es imposible recuperar los restos de la fosa común”, entiende. Por eso, Vilà considera que se deben extremar las precauciones y asegurarse de que los titulares de los nichos tienen conocimiento de lo que puede suceder. “No puede volver a pasar algo así, por ese motivo creo que debe haber más garantías antes de declarar la caducidad y extinción de un derecho funerario. Sería fácil enviando, simplemente, un burofax”, ha defendido. La síndica subraya que Cementiris de Barcelona solo intentó el cobro mediante domiciliación bancaria pero la deuda no se persiguió por vía ejecutiva “ni se ha embargado la cuenta antes del desahucio”.

Desde Cementiris de Barcelona, un portavoz asegura que los procesos de desahucio son largos: “En Barcelona hay dos tipos de sepulturas, una de cesión de uso por unas décadas y otra de alquiler. En ambos casos se puede desahuciar por impago aunque son procedimientos largos donde siempre cumplimos las garantías y comunicaciones a las que nos obliga la ordenanza. En este caso hemos tardado más de cuatro años desde que se produjo el impago y nosotros hemos realizado todas las comunicaciones a las que estamos obligados. Si se necesitan más, que el legislador nos las ordene”.

Otra de las propuestas de la síndica es que cuando se vacíe una sepultura, antes de trasladar los restos a la fosa común, se deriven a un espacio intermedio “donde se puedan depositar los restos identificados durante un tiempo por si los familiares quisieran reclamarlos antes de trasladarlos a la fosa común”.

La síndica ha anunciado que abrirá una investigación y pedirá a Cementiris de Barcelona el número de sepulturas desahuciadas durante los últimos años en la ciudad. En los nueve cementerios de Barcelona hay 336.000 sepulturas. Los procesos de desahucio abiertos actualmente superan los 10.000 aunque el número real de desahucios anuales suele ser de menos de 200.

“Mi suegro ha sido un hombre muy querido. Ahora las flores que le íbamos a poner en su nicho las tenemos en casa. Cada día las miro y me enfado. Cómo es posible que haya acabado en una fosa común...”, lamenta el vecino de Terrassa, que sigue reclamando justicia.

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