“No me atrevería a poner la mano en el fuego por nadie”
Mariona Carulla, presidenta de la Fundación del Palau de la Música, evita mojarse sobre la financiación de Convergència después del juicio del 'caso Palau'
No ha cambiado nada la decoración del despacho del que fue su antecesor, Fèlix Millet, en el cual destaca un retrato del fundador del Palau de la Música, Lluís Millet, abuelo del autor confeso del desfalco. Lo que sí hizo fue tapiar una puerta corredera que separaba la estancia de la sala donde se celebran las reuniones de la Fundación. Explica que Millet se incorporaba tarde desde su despacho alegando llamadas muy importantes. Mariona Carulla asumió la presidencia del Palau inmediatamente después del escándalo (julio de 2009), ha vivido muy de cerca el proceso del caso Palau, declaró como testigo y escuchó cómo algunos acusados intentaban involucrarla.
Pregunta. El abogado de Millet la señaló como responsable financiera directa. Dijo que conocía los pagos y los encubría, incluidos los de Convergència.
Respuesta. Pocas cosas podía decir, porque su cliente confesó. Por eso se dedicó a echar culpas a otros, a decir mentiras.
P. Cree que Millet se sintió traicionado por usted?
R. Creo que no le hizo ninguna gracia que hubiera alguien que con rigor, como Joan Llinares y yo, fuéramos destapando todo.
P. Cree que no fueron diligentes respecto a las decisiones que tomaba Millet en el Palau?
“No llegué a saber si a Millet le gustaba la música. A los conciertos no iba”
R. Nadie de la junta del Orfeó Català se le encaró, tampoco del patronato de la Fundación ni de las Administraciones. Se hacían auditorías y el resultado era que todo estaba bien. Y, además, había una aparente realidad que se hacían conciertos buenos, porque era así, teníamos un edificio nuevo... Pero si hay tres personas que tienen los puestos clave y se ponen de acuerdo para hacer una contabilidad paralela... es muy difícil.
P. Pero usted era vicepresidenta ...
R. La obligación que tenía por estatutos era suplir a Millet en su ausencia y esto pasó dos veces. Yo sólo venía cuando había junta. Nunca estuve en las dependencias de contabilidad y ni siquiera en su despacho. Era imposible que supiera algo. Conocía las cuentas media hora antes, junto con el tesorero y el contable.
P. Por qué el Palau no ha acusado a CDC en el proceso?
R. Lo dejamos a juicio de los abogados penalistas sin ningún criterio a priori. Fueron ellos los que sostuvieron desde el principio que el dinero que presuntamente fue a financiar a CDC salía de las cuentas del Palau y a manos de Millet y Montull, y por lo tanto la acusación se dirgía contra ellos.
P. Cree que CDC se financió de forma irregular a través de Palau?
“Era imposible que yo supiera algo del desfalco. Todo parecía ir bien”
R. Creo que hay una posibilidad. Pero también creo que Ferrovial, por cierto muy bien defendida, está muy segura de que todo lo que donaron era mecenazgo. Y esto es un hecho. Y veo a los tres acusados que, por un acuerdo con el fiscal, acusaron a CDC pero sin aportar datos. Los datos importantes salieron de la auditoría profunda que se hizo y otras indagaciones.
P. Pero no se ha formado una convicción personal?
R. No me atrevería a poner la mano en el fuego por nadie.
P. Su familia ha sido donante de CDC a título individual.
R. Sí, y también de otros partidos políticos.
P. Esto ha podido influir en su posición personal de no acusar a CDC?
R. No, en absoluto. Me he sentido muy libre y creo que difícilmente hubiera podido imponer algo en una junta del Orfeó o en el patronato de la Fundación porque las decisiones se toman por consenso y con mayoría.
P. Cuando estalló el caso, temió una quiebra del Palau?
R. Llinares dijo que había un gran peligro de entrar en una intervención judicial. Pero fue a ver al fiscal para explicarle las intenciones que teníamos para seguir con la actividad de Palau. Y esto fue muy importante. También lo fue hablar con todos los mecenas para que confiaran.
P. Qué cosas destacaría del cambio del Palau de la época de Millet a la de ahora?
R. El más importante fue la reunificación de las tres entidades, el Orfeó, la Fundación y el Consorcio en una sola, que es la Fundación de Palau. Se ha hecho para poder evitar que nunca más pueda volver a pasar lo que pasó. Otra cosa importante ha sido la incorporación de los mecenas en la Fundación. El coros vuelven a ser el centro del Palau y ahora hay un criterio artístico que antes no existía.
P. En la época de Millet, cómo se decidía la programación de la temporada?
R. Se estaba a la espera de ver la oferta que hacían los promotores y programadores y ellos (Millet y Montull) se fiaban. A veces se escogían las propuestas tapando la lista de los artistas y orquestas y escogiendo por los precios. Eso se ha llegado a explicar que lo decía Montull.
P. Millet intervenía?
R. Yo no he llegado a saber si a Millet le gustaba la música o no. A los conciertos no iba, él estaba aquí en el despacho y entraba en la sala cuando acababan.
P. En el juicio dijo que le robaron la bolsa en la boda de una de las hijas de Millet...
R. Sí, pero no fue en el Palau, sino en la iglesia, en Santa Maria del Mar, donde entran muchos visitantes. Me levanté para ver a la novia y me lo robaron.
“Seria fantástico un centro cívico donde iba a ir el hotel”
Pregunta. Tuvieron conocimiento de la operación del hotel que Fèlix Millet tramó en los edificios cercanos al Palau de la Música?
Respuesta. Supimos que se hacía, pero Millet nos engañó porque nos dijo que era el Palau el que lo impulsaba y no supimos que se lo había vendido a un tercero. Esto no lo dijo, como tampoco que había cobrado una comisión. Todo esto lo conocimos después. La idea que se hiciera un hotel aquí al lado, con tantos músicos como venían, entonces no nos pareció desencaminada.
P. Y ahora?
R. En teoría, hay un acuerdo del pleno del Ayuntamiento que dice que no se construirá el hotel.
P. Cuál es la situación del Palau ahora en este asunto?
R. No tenemos nada que ver, porque ya no somos propietarios del edificio. Las partes que están directamente afectadas son el hotelero que compró los edificios y los hermanos de La Salle. El Palau, según el convenio al que llegaron, tiene la responsabilidad subsidiaria de pagar cinco millones para compensar la pérdida patrimonial de la Generalitat si no lo hace el hotelero. Pero esto, poniéndonos en el peor de los escenarios...
P. Al Palau le conviene ahora un hotel?
R. Ahora ya no, porque hay muchos hoteles. El que sí nos iría bien sería tener esta calle ordenada y que estos dos edificios, que se están cayendo, tuvieran un uso; el que se quiera, pero alguno. Si el Ayuntamiento decidiera hacer un centro cívico, sería fantástico.
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