La oposición exige saber quién rechazó comprar el Palau Moxó

Los grupos de la oposición municipal del Ayuntamiento municipal, excepto la Cup, están pidiendo explicaciones al consistorio de Ada Colau por no haber adquirido el Palau Moxó, el último edificio barroco de Barcelona habitado por el linaje que lo creó en el siglo XVIII. La noticia de la venta del edificio tras sacar el rico mobiliario interior y llevarlo en parte a Sevilla publicada por EL PAÍS ha despertado el interés de los grupos por saber cómo ha ido la operación. Este martes han sido el Grup Municipal Demòcrata y el Partido Popular los que han interpelado a Gala Pin, concejala del distrito de Ciutat Vella, donde está ubicado el edificio, que respondió a las demandas de los dos partidos sin llegar a convencerles.

La popular Ángeles Estelles y el demócrata Jaume Ciurana pidieron explicaciones y quisieron saber quién había sido la persona o personas que habían valorado no comprar el palacio y quién había dado los permisos para realizar las mudanzas y dejar vacío el edificio, pese a tratarse de un Bien Cultural de Interés Local (BCIL) y que tenían tres meses para tomar la decisión.

Pin, que respondió pese a que la comisión era la de Cultura y se esperaba lo que hiciera Collboni, repitió los datos facilitados por este diario de que el palacio fue ofrecido en dos ocasiones, diciembre de 2015 y enero de 2017, para que el ayuntamiento ejerciera el derecho de retracto al estar protegido, pero que se descartó por su alto coste: 7,1 y 7,3 millones, respectivamente, según la regidora. Pin desveló que la primera vez la oferta llegó al área de Urbanismo y al distrito y la segunda al Icub, “para ver si ellos podían hacerse cargo del edificio y tenían presupuesto”. También que no se había pedido licencia de obras, ni cambio en la licencia para el uso del edificio que por ahora era de “centro lúdico cultural para presentaciones, convenciones y reuniones de empresa”. La regidora aseguró que cualquier actividad que se quiera desarrollar en él “tendrá que atender el grado de protección del edificio”. Pese a que la anterior propietaria aseguró que no había habido respuesta por parte del Ayuntamiento y por eso se vendió a los tres meses, Pin dijo lo contrario: "que había habido conversaciones con la propiedad".

Ciurana quiso saber si el distrito había dado algún permiso para hacer la mudanza y si la guardia urbana había hecho algún control para la salida de los muebles "Algo complicado por encontrarse el palacio en un lugar de difícil acceso". Por su parte, Esteller aseguró que no entendía como se había tomado la decisión de forma tan precipitada y que no se ha llegado a valorar la envergadura del edificio". Los dos dijeron estar decepcionados por el "grado de imprecisión de las respuestas" y exigieron ver los expedientes municipales de valoración y de conveniencia o no de compra.

Este miércoles será el turno de Ciutadans que preguntará en la Comisión de Urbanismo qué medidas tiene previstas llevar a cabo el Ayuntamiento para garantizar la protección de los valores patrimoniales, artísticos e históricos del palacio, mientras que ERC, en un intento de llegar más lejos, pedirá al gobierno municipal que “reconsidere la compra del Palau Moxó y su mobiliario y haga llegar a todos los grupos de la oposición, en el término de 15 días, el informe que desaconsejaba la compra por parte del Ayuntamiento".