Las empresas, en busca del estudiante de ingeniería
La alta demanda de perfiles profesionales especializados en nuevas tecnologías coincide con una caída de las vocaciones
Durante las pruebas de acceso a la universidad no solo los estudiantes están pendientes de su futuro profesional. También las empresas se preguntan qué es lo que quieren cursar los flamantes universitarios, con la esperanza de que se conviertan en profesionales especializados en aquellas materias que los veteranos de las compañías no dominan. Programación, análisis de datos, robótica, inteligencia artificial... Los expertos señalan que los empleos del futuro tendrán que ver con estas áreas de conocimiento, y las empresas ya han empezado a buscar talento. Sin embargo, se encuentran con una caída de las vocaciones en ingeniería.
En el último informe de la Asociación Multisectorial de empresas (AMEC), que se dedica al impulso de la internacionalización y de la innovación, los datos de la encuesta a sus asociados incidían en esta realidad. Aunque el 91% de las empresas aseguran que han dedicado esfuerzos a innovar, un 45% también declara que no tienen recursos humanos especializados.
“Faltan personas formadas en las disciplinas clave para la innovación, la competitividad y la internacionalización”, lamenta Laura Robert, de Cellworking, una red de emprendedores que desde 2009 trabaja para motivar a los jóvenes a apostar por estas carreras. Los datos de la Comisión Europea indican que actualmente el 50% de las empresas del Estado piden este tipo de personal. Esta necesidad irá en aumento en los próximos tres años: un 14% en Europa y un 10% en España. Se estima que en 2020 harán falta cerca de 800.000 ingenieros en la Unión Europea solo del sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
Sin embargo, el número de alumnos matriculados en ingeniería ha caído un 25,3% en el Estado de 2004 a 2014, según el informe La Universidad en Cifras 2014-2015. Hay diversos factores que explican esta falta de vocaciones en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (los llamados ámbitos STEM, por sus siglas en inglés). “Son temáticas poco atractivas en el instituto, tienen fama de ser materias muy complicadas, y además la sociedad no acaba de entender la aplicación de estos estudios”, detalla Robert.
Está, además, el factor de los bajos salarios, que lastra la competitividad de las empresas catalanas y españolas respecto a las de otros países europeos. “Las compañías están contratando, pero para una pyme del sector tecnológico es muy difícil competir con los salarios que ofrecen las multinacionales”, explica Diego Guri, director de expansión de AMEC. La Generalitat tiene en marcha, con el STEMCat, un plan para impulsar estos estudios.
Un ejemplo de empresa que necesita estos perfiles profesionales es Kernel Analytics, una consultoría que asesora a compañías como Danone o Desigual mediante predicciones de datos. La clave, según Marçal Molins, manager de la consultoría, es motivar y ofrecer proyectos a los jóvenes: “Hay que estar en las universidades, participar en sus foros, y ser capaces de atraer el talento”.
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