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Las prostitutas de Barcelona elogian a Colau por dejar de multarlas

El Consitorio afirma que la ordenanza municipal que sancionaba a las trabajadoras sexuales solo ha conseguido estigmatizarlas

Alfonso L. Congostrina
Prostitutas de Robadors con un paraguas rojo símbolo del trabajo sexual
Prostitutas de Robadors con un paraguas rojo símbolo del trabajo sexualJoan Sánchez

El colectivo de prostitutas de Barcelona conmemoró este viernes el Día Internacional de las Trabajadoras Sexuales con un aperitivo reivindicativo en la calle Robadors, el icónico lugar del barrio barcelonés del Raval donde históricamente se ha practicado la prostitución callejera.

Al aperitivo acudieron decenas de prostitutas y vecinos del barrio que conmemoraron con las profesionales del sexo su día internacional. Las mujeres instalaron carpas trajeron kilos de comida y brindaron entre ellas. Janet, una de las prostitutas que integra el colectivo Putas Indignadas, ha celebrado que con la entrada en el Consistorio de Ada Colau “los guardias urbanos ya no nos multan y, además, podemos trabajar sin el estigma que otros gobiernos municipales se apresuraron en levantar multándonos”.

Aprovechando la jornada, la Universitat Autònoma de Barcelona ha celebrado un ciclo de conferencias que lleva por título: Prostitución y Ordenanzas Municipales. Allí el grupo de investigación Antígona ha cuestionado la efectividad de las multas a las profesionales del sexo para evitar el fenómeno de la prostitución. La doctora Encarna Bodelón ha sido clara: “Las ordenanzas municipales son una herramienta regresiva, neoliberal, muy alejada del feminismo y basada en la seguridad. La ordenanza de Barcelona está hecha exclusivamente para penalizar la prostitución de calle y nos consta que en el mandato municipal anterior los policías aplicaban la ordenanza de forma discrecional”.

La concejal de Feminismos y LGTBI en el ayuntamiento de Barcelona, Laura Pérez, ha aclarado que multar a las mujeres por ofrecer servicios sexuales en la vía pública no ha aportado "ninguna solución, sino todo lo contrario: las ha hecho más vulnerables”.

La ordenanza se aprobó en 2005 y, pese a las denuncias, el número de mujeres ejerciendo en las calles de la capital catalana se ha mantenido estable entre las 390 y las 450 prostitutas. Pérez ha asegurado que en la actualidad no se imponen multas a las prostitutas ya que la Ley de Seguridad Ciudadana así lo marca. Con los datos recogidos de las sanciones impuestas en otros mandatos, la concejal de feminismos ha constatado que sólo se cobran el 10% de las multas. “El número de impagados es enorme con un perjuicio añadido: se acaba estigmatizando más a las mujeres. Como consta que tienen una sanción sin abonar no pueden acceder a los servicios sociales o a una simple beca comedor para sus hijos”.

En 2016 no se multó a ninguna prostituta en Barcelona y sí a 80 clientes con sanciones que oscilan entre los 1.000 y los 1.500 euros. Pérez apuesta por los caminos de la mediación en lugar de la sanción.

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Pese a la conveniencia de espacios de diálogo, Paula Vip, la presidenta de la Asociación de Profesionales del Sexo (Aprosex), ha cuestionado, fuera del acto académico, que se realicen mesas redondas para hablar de prostitución “donde intervienen decenas de doctoras en derecho sociología… y sólo una prostituta. Un año más las que se hacen llamar nuestras aliadas nos han vuelto a robar el Día Internacional de las Trabajadoras Sexuales. Las prostitutas no importamos y sí sus doctorados y sus egos”.

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