Pacto para limitar las colas de El Prat a un máximo de 45 minutos
Las Administraciones esperan que el límite de espera sea de 45 minutos para las llegadas y 30 minutos para las salidas
La reunión de coordinación del Aeropuerto de El Prat de este jueves se saldó con dos compromisos concretos. Por un lado, incorporar 144 policías nacionales a los controles de documentación para así intentar mitigar las largas colas que han generado malestar en los viajeros en los últimos meses. Por otro, establecer estándares de calidad que fijen unos tiempos máximos de espera. En el caso de las
“Los pasajeros podrán ser atendidas, de acuerdo con los estándares europeos de espera”, se comprometió el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, tras el encuentro que se celebró en el aeropuerto. En la reunión también participaron representantes de la Generalitat; de los Ayuntamientos de Barcelona y El Prat; de la Cámara de Comercio y los máximos responsables en Cataluña de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la dirección del aeropuerto.
Además del refuerzo de personal, que estarán completamente desplegados para el verano, también se instalarán 80 nuevos aparatos verificadores de documentación, llamados ABC. De éstos, 50 serán manuales y 30 automáticos. Los nuevos controles de documentación se derivan de una exigencia europea en la lucha antiterrorista, que implican revisar pasajero por pasajero.
La coordinación entre las administraciones también estableció cuál debe ser el estándar de calidad en el tiempo que tienen que esperar los pasajeros para que sus documentos de identidad sean revisados. En el caso de las salidas, la verificación se tendrá que realizar en una horquilla de entre los 20 y los 30 minutos. Para las llegadas se ha fijado un lapso de tiempo superior: entre 40 y 45 minutos.
Varios pasajeros han llegado a denunciar esperas de hasta tres horas en días específicos de las últimas semanas, algo que preocupa especialmente a las empresas turísticas como los cruceros. La situación fue especialmente crítica en el puente del primero de mayo. Neus Munté, la portavoz del Gobierno catalán, incluso aseguró que se trataba de un “boicot” contra Cataluña por parte del Gobierno central.
El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, lamentó que las medidas anunciadas por Millo lleguen tan tarde y recordó que “el mal funcionamiento en el control de pasaportes perjudicaba a la reputación del aeropuerto y dificultaba la labor de buscar nuevas rutas intercontinentales”. “El verano será la prueba de fuego”, aseguró el consejero Rull.
De cara al verano, Millo también explicó que se está preparando un plan de contingencia para hacer frente al desembarco de turistas. Se está impartiendo formación a 50 agentes nuevos y dentro de una semana se formará a otro medio centenar. La idea es promover más el uso de los aparatos de verificación automáticos, que actualmente están infrautilizados.
Es la primera reunión en la que coinciden la Generalitat y el Gobierno central después de que comenzaran las quejas por los nuevos controles. El segundo teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, aseguró que se hará seguimiento a las medidas aprobadas en la coordinación
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