La Audiencia Nacional permite la entrada de la activista palestina Khaled en España
Indignación entre las comunidades judías españolas por la participación de la dirigente del Frente Popular para la Liberación de Palestina en un certamen literario en Barcelona
La presencia de la militante del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) Leila Khaled (Haifa, 1944) en Barcelona ha levantado ampollas entre las comunidades judías españolas, que la acusan de terrorista. La Audiencia Nacional ha comunicado este viernes que permite la presencia de la palestina en España. Khaled participará este domingo en el festival literario Literal, subvencionado con 12.000 euros por el Ayuntamiento de Barcelona, en el marco del cual pronunciará la conferencia titulada Revolución significa vida, en el centro cultural Fabra i Coats.
La Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), que representa oficialmente a los judíos españoles, ha expresado este viernes su "repudia y condena" por la presencia de la militante palestina y ha considerado "indignante que el Ayuntamiento de Barcelona haya financiado con dinero público" el acto "en un momento en el que España se encuentra en alerta 4 antiterrorista".
Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona, que han subrayado que el consistorio no escoge ni la programación del festival ni a los invitados y que Khaled acude como escritora, no como miembro del FPLP, aseguran que en el caso de que la literata fuera una terrorista activa la seguridad del Estado no le habría permitido la entrada al país.
Este viernes por la tarde, la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha acordado permitir la entrada en España de la invitada, sin perjuicio de que la Policía pueda intervenir en caso de que tenga indicios de que se cometa algún delito.
La federación judía recuerda la participación de Khaled en 1969 en el secuestro de un avión de la compañía estadounidense TWA y la acusa de formar parte de Septiembre Negro, grupo responsable de la masacre de los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972, en el que murieron 11 atletas israelíes.Sin embargo, nunca se ha acreditado la participación de la activista palestina en el atentado. La FCJE ha anunciado que se reserva el uso de acciones legales para evitar el acto de este domingo.
Leila Khaled, que tras ser detenida en 1970 por el intento de secuestro del vuelo entre Amstrerdam y Nueva York, fue liberada en Reino Unido en un canje de prisioneros, es madre de dos hijos y en la actualidad vive con su esposo, médico, en Amán (Jordania).
La primera secuestradora de aviones
En plena ola de secuestros aéreos contra intereses israelíes que jalonaron las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, Leila Khaled se convirtió en 1969 en un icono del nacionalismo palestino por su conocida fotografía tras el desvío a Damasco del vuelo TWA 840 Roma-Tel Aviv. Su imagen empuñando un Kaláshnikov y cubierta con la “kufiya”, el tradicional pañuelo palestino, le ha perseguido el resto de su vida, a pesar de las operaciones de cirugía estética para modificar la apariencia de su rostro.
Fue la primera mujer que participó en un secuestro de aviones. Entonces logró su propósito de volar parte del Boeing 707 norteamericano, una vez que los pasajeros y tripulantes hubieron desembarcado sin sufrir daños en la capital siria. Pero su segunda acción terrorista en una aeronave concluyó con su detención. En pleno Septiembre Negro de 1970 —el enfrentamiento entre el Gobierno de Jordania y la Organización para la Liberación de Palestina–, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), la organización comunista en la que militaba, ordenó el secuestro simultáneo de cinco aviones de varios países. Tres de los aparatos fueron obligados a aterrizar en un aeródromo en Jordania y un cuarto fue desviado a El Cairo.
El quinto, un vuelo de la compañía El-Al Tel Aviv-Nueva York con escala en Ámsterdam, fue abordado en Holanda por un comando encabezado por Leila Khaled. Agentes de seguridad israelíes mezclados entre el pasaje la redujeron cuando portaba dos granadas de mano y abatieron a su acompañante armado. Después de un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto londinense de Heathrow, fue entregada a las autoridades británicas.
No permaneció detenida mucho tiempo, el Gobierno de Reino Unido la excarceló en octubre a través de Suiza, junto con otros tres militantes radicales palestinos, a cambio de la liberación de 65 británicos secuestrados en un vuelo la BOAC (actual British Airways).
Han pasado 48 años desde entonces y la imagen icónica de Leila Khaled, todavía reproducida en murales en las calles palestinas, se ha difuminado con el paso del tiempo. El FPLP, que llegó a ser la segunda fuerza política frente a la hegemonía de Fatah, es ahora un partido izquierdista con escaso peso. El protagonismo en la lucha armada contra Israel ha sido asumido por Hamás y otras facciones islamistas desde hace más de tres décadas.
A los 73 años, casada y con dos hijos, Khaled reside en Amán. Episódicamente, su nombre vuelve a sonar amplificado por las comunidades judías y los representantes diplomáticos israelíes en los países que visita. Ocurrió en Sudáfrica en 2015, adonde acudió invitada por el movimiento local de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra Israel. Vuelve a pasar ahora en Barcelona.
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