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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Cooperativas de vivienda para la regeneración urbana

Villaescusa pide sensatez, honestidad y transparencia a quien se acoja a esta fórmula

El cooperativismo de viviendas vuelve a estar de moda. No porque se estén constituyendo muchas cooperativas de viviendas, sino porque todo el mundo habla de ello. Y eso nos obliga a ser muy prudentes y a asegurar que los pasos que se den, aun siendo valientes y decididos, no comprometan la viabilidad de proyectos que podrían alcanzar una gran envergadura y ser un estímulo importante tanto para los barrios en que se promuevan como para el conjunto del cooperativismo.

Concretamente, se está hablando mucho en los últimos meses de la promoción de viviendas cooperativas en El Cabanyal, un barrio que efectivamente tiene un gran potencial de desarrollo cooperativo. Desde nuestro punto de vista, a partir de la regeneración que traería consigo una promoción seria y bien enfocada de viviendas en régimen cooperativo en los barrios marítimos de Valencia, se podría impulsar a medio plazo una visión polivalente del cooperativismo en esta zona, con todo un compendio de acciones dirigidas a potenciar la implantación de cooperativas de distintas clases: consumo, servicios, trabajo asociado, enseñanza, suministro eléctrico, crédito… De hecho, ya tenemos ejemplos de que algo se mueve, cooperativamente hablando, en El Cabanyal: la oficina que Caixa Popular acaba de abrir en la calle de la Reina, o el proyecto que se está gestando entre Fvecta y el Ayuntamiento para la constitución de una cooperativa de trabajo asociado dedicada a la recogida selectiva de chatarra, o el supermercado franquiciado Charter que tiene Consum en esta zona.

Realmente, estamos ante una oportunidad excepcional para desarrollar un núcleo cooperativo integral, porque el compromiso cívico que han demostrado los vecinos de este barrio constituye el mejor caldo de cultivo para desarrollar proyectos singulares e innovadores. En El Cabanyal-Canyamelar hay una sociedad civil inquieta, movilizada, optimista y abierta a la exploración de fórmulas que conviertan los poblados marítimos de Valencia en un referente de desarrollo sostenible dentro de Europa. Precisamente, la implicación de las personas es el factor indispensable para el éxito de cualquier cooperativa: si alguien espera que se diseñen los proyectos desde arriba para “subirse al carro cooperativo”, sus expectativas se pueden ver defraudadas y la reputación del cooperativismo dañada. Y a nadie nos conviene eso. No debemos llamarnos a engaño: las cooperativas estamos aquí para ayudar, pero la iniciativa ha de nacer de las personas, de los vecinos y vecinas que son los auténticos protagonistas.

La iniciativa privada colectiva es, seguro, la fórmula idónea para llevar a cabo los proyectos que se están planteando en El Cabanyal, como también en otros municipios valencianos. Pero, ojo, siempre y cuando se haga con sensatez, honestidad y transparencia.

Emili Villaescusa es presidente de la Confederació de Cooperatives de la Comunitat Valenciana

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