‘Lanzas Internacionales’: los nuevos ladrones de casas
Una marca internacional de ladrones compuesta por jóvenes chilenos, muy itinerantes, se dedican al saqueo de domicilios
"Sí, señora". Claudio Antonio Villavicencio, que no llega a la treintena, acepta la sentencia dictada a viva voz: cinco años de prisión. Tres y medio son por robo continuado en casa habitada. El otro año y medio es por un delito de lesiones. Su abogada, Laura Amor, ha sudado para convencerlo. Porque él admite que robó, pero lo de tirar la piedra al mosso d’esquadra asegura que no es cierto. Finalmente, han pactado con la fiscal. Villavicencio es un lanza internacional: un joven chileno que trabaja como ladrón de casas.
Hace cerca de dos años que los Lanzas Internacionales traen un poco de cabeza a los Mossos d’Esquadra. Se trata de una nueva marca, acuñada por los propios chilenos, formada por gente de ese país, muy joven, itinerante, que ha pasado de los hurtos a los robos con fuerza y con violencia, entre otros delitos. Y lo hacen por Europa y América. "Es un fenómeno delicado, que ha dado un salto delictivo. Vemos que incluso han empezado con el atraco a joyerías", asegura el inspector de los Mossos jefe del Área central de delitos contra patrimonio, Jordi Ollé.
Villavicencio , por ejemplo, está siendo juzgado por un robo con fuerza, pero en enero fue detenido por liderar supuestamente una banda que hizo explotar tres cajeros automáticos con gas acetileno. En uno de los casos, huyeron dejando a su paso un reguero de pinchos y colchones ardiendo para que la policía no pudiese pillarles. Además, se les atribuye 20 robos con fuerza en domicilio. "Los cajeros están ahora de moda", constata Amor, que niega que su cliente sea el líder de nada.
El joven está en la cárcel Modelo, de manera preventiva, desde que le detuvieron los Mossos por los cajeros. Y no lo lleva bien. El pasado 10 de marzo intentó escaparse haciendo un agujero en el techo de su celda, según fuentes policiales. No lo consiguió. Pero ahora ya ha asumido que le toca esperar. Al acabar la conformidad por el robo de Cornellà, le pide a la jueza que por favor le permitan cumplir la condena en Figueres, donde tiene familia y amigos.
En julio de 2015, dos 'lanzas' se liaron a tiros en Barcelona para robar un furgón
La letrada Amor, de 36 años, defiende a chilenos desde 2007. "Empecé de oficio con uno, ingresó en prisión. Este me recomendó a otro, el tema salió bien, y así de repente un día tenía una cola de chilenos en el despacho". Desde entonces, han cambiado. "Ahora no están tan preparados para asumir las consecuencias, como la prisión preventiva, quizá por la edad". Antes pasaban los 30, venían de familias con antecedentes, se conocían entre ellos y querían asentarse en Cataluña. Ahora tienen entre 18 y 25 años, vienen de familias estructuradas, no se conocen y no quieren asentarse. "El nivel de renovación es muy alto", coincide el inspector Ollé. Forman baterías, como escuadrones para delinquir, que cambian constantemente.
"Sus tipos delictivos no son violentos", añade la abogada. "Son gente violenta, no se dejan coger, huyen. Y si se tienen que enfrentar, se enfrentan", la contradice Ollé. En julio de 2015, dos lanzas se liaron a tiros en el centro de Barcelona para atracar un furgón blindado. No lo lograron y uno de ellos dejó su seña de identidad, su ADN, porque resultó herido. El ladrón había pasado por Suiza, donde había robado en pisos. También lo tenía fichado la policía danesa, que lo extraditó a Chile en 2011 por más robos. Allí en Chile había cumplido dos penas de prisión por lo mismo. La policía belga también le conocía bajo una identidad falsa. Finalmente, le detuvieron en Lisboa a petición de la policía catalana.
"No cuesta mucho identificarlos", cuenta Ollé, sobre el poco cuidado de algunos de estos ladrones. Incluso actúan a cara descubierta. Pero eso no quita que obtengan resultados. "Puedes tener suerte, entrar en piso y llevarte una cantidad de dinero considerable, o que te pillen a la primera. Es aleatorio", explica. En Sant Cugat, por ejemplo, han incrementado casi un 40% los robos en pisos. La mayoría los cometen lanzas internacionales y bandas del este.
"Su peligrosidad reside en su movilidad, no tienen domicilio fijo"
El año pasado, los Mossos detuvieron a 275 chilenos, lo que supone un 27% más que el año anterior (216) y un 43% más que en 2014 (192). La policía considera que buena parte de ellos son lanzas. "Su peligrosidad reside en su movilidad, en no tener un domicilio fijo", subraya el inspector. El cuerpo ha iniciado la confección de listados sobre estos jóvenes ladrones, que hoy están en Barcelona, mañana en París y pasado en Bruselas. "A mí me han llamado desde Alemania, Austria, Holanda y Francia", confirma Amor.
Héctor Manuel Moyano podría formar parte de la categoría de lanza: chileno, 36 años, acusado de un intento de robo con fuerza en domicilio. Pero él lo niega todo. Tajantemente. "He venido desde Chile solo para que se demuestre que soy inocente", repite. El juicio ha tenido que ser suspendido dos veces porque mataron a su hermano a tiros en su país. Moyano le cuenta al juez lo que pasó aquella noche del 10 de septiembre de 2016 en Cardedeu: "Yo quería orinar, vi una casa deshabitada, vi un patio, y fui allí". Tres menores insisten en que le vieron desde un balcón, de espaldas y de noche, intentando forzar la puerta. Amor pregunta: "¿Pero desde ese balcón le pudieron ver la cara? ¿Y el arma? ¿No hay duda de que es él?". Moyano se enfrenta a un año y nueve meses de cárcel, y a la expulsión de España.
La policía pide de manera recurrente que se endurezcan las penas por los robos con fuerza. A la letrada no le parecen nada blandas: "De dos a cinco años por un robo con fuerza…". E insiste en que a la mayoría de sus clientes "si les hacen ¡buh! salen corriendo". Tampoco cree que sean grupos criminales: "No hay referentes, no son bandas, no hay una organización. Se conocen aquí porque van a los mismos sitios".
En agosto de 2014, en Chile, un grupo de personas protagonizó el bautizado como robo del siglo: ocho millones de euros robados de un furgón cargado de dinero, en el aeropuerto de Santiago de Chile, que iba a cajeros automáticos. Detuvieron a cinco de ellos, recuperaron solo un 10% del botín y otros dos escaparon. En junio del año pasado, los Mossos d’Esquadra detuvieron Barcelona a Kevin Jorge Olguín, de 23 años, buscado por el robo del siglo. Se dirigía supuestamente a robar en pisos.
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