Libertad y democracia, principios de la UAB
Contra lo sostenido por Ciudadanos y algunos articulistas, desde el inicio de su mandato, el actual equipo rectoral ha mostrado un rechazo radical de cualquier acción violenta
Flaco favor se les hace a la libertad de expresión y a los derechos democráticos que se dice defender cuando para ello se manipula la información y se traslada a la opinión pública una interpretación sesgada, por decir lo menos, de la intención que supuestamente se esconde tras las actuaciones de aquellos cuya conducta se cuestiona, se denuncia o se condena. Mucho de todo ello hay en la exposición de motivos de la "Propuesta de resolución sobre la violencia y la vulneración de derechos en el ámbito universitario" elevada a la mesa del Parlament por el grupo parlamentario de Ciudadanos.
La universidad no es un espacio segregado del conjunto de la sociedad. Nos engañaríamos si creyésemos que los campus universitarios, y lo que en ellos acontece, se sitúan al margen de las dinámicas políticas, ideológicas y culturales, muchas veces conflictivas, que atraviesan el tejido social. Si acaso, la visibilidad y la proyección mediática del ámbito universitario propician que determinados acontecimientos adquieran allí una relevancia mayor que si tuviesen lugar en cualquier otro lugar, y es por ello que históricamente el espacio universitario ha sido instrumentalizado con objetivos políticos.
En los últimos meses, la organización de Sociedad Civil Catalana en la UAB ha sido objeto de acoso por parte de un grupo reducido de jóvenes agrupados en una autodenominada Plataforma Antifascista. La parada montada por Sociedad Civil Catalana para hacer propaganda política ha sido desmantelada y se han proferido insultos contra miembros de dicho grupo; también ha sido quemada alguna bandera española. Todo ello en medio de una fuerte tensión y con notable violencia verbal y gestual. Hasta ahí lo que hay de verdad en el escrito parlamentario de Ciudadanos y en algunos artículos de opinión.
Pero es rotundamente falso que todo ello haya ocurrido ante la pasividad, cuando no la connivencia, como también se ha escrito, del Equipo de Gobierno de la UAB. Contra lo sostenido por Ciudadanos y algunos articulistas, desde el inicio de su mandato, el actual equipo rectoral ha mostrado un rechazo radical de cualquier acción violenta, incluyendo las que, incluso sin mediar agresión física, impiden la libre expresión de ideas en el campus. Ha emitido diversos comunicados de condena cuando han ocurrido hechos como los relatados más arriba. Nunca ha impedido a Sociedad Civil Catalana la realización de una actividad. Es más, se ha implicado directamente en la búsqueda de salidas democráticas a situaciones complicadas. Ha desplegado sistemáticamente todas las vías de gestión democrática, invirtiendo recursos humanos y económicos y ha reforzado los servicios de seguridad propios de la universidad. En ningún caso ha prohibido la actuación de los mossos en el campus ya que estos actúan de oficio cuando, según sus valoraciones, la situación lo requiere.
En la universidad, el debate político se desarrolla en ocasiones con la vehemencia y la exaltación propia de la juventud de sus protagonistas. Por supuesto, ello no ha de confundirse con el activismo intolerante y violento, y es tarea del conjunto de quienes convivimos cada día en los campus reaccionar contra ese tipo de actuaciones, recriminando a quienes las perpetran y poniéndonos del lado de quienes las sufren, sean quienes sean unos y otros.
Vivimos tiempos intensos e interesantes, pero también altamente inflamables. Colaboremos todos en aislar a quienes con sus actos niegan la libertad y los derechos de los otros, y cuidemos las palabras que pronunciamos y escribimos con la voluntad de fomentar la convivencia y la tolerancia.
Margarita Arboix, rectora, y Equipo de Gobierno de la UAB.
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