Barcelona veta la circulación de los coches de más de 20 años a partir de 2019
La medida afecta a los 40 municipios de la conurbación barcelonesa
Frente común de las Administraciones catalanas para reducir las emisiones contaminantes en el área metropolitana de Barcelona. A partir del 1 de enero de 2019, los turismos matriculados antes de 1999 y las furgonetas con matrícula anterior a 1996 no podrán circular, en días laborables, por la capital catalana ni por los 40 municipios de su alrededor. El objetivo de la restricción es reducir un 30% las emisiones vinculadas al tráfico antes de 15 años, y la meta para los próximos 10 años es conseguir que los vehículos emitan un 10% menos de gases contaminantes. La medida ya entrará en vigor, a partir del próximo 1 de diciembre, en el caso de que se dé un episodio de alta contaminación atmosférica.
El acuerdo alcanzado este lunes entre la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona, el Área Metropolitana de Barcelona y los representantes locales de 40 municipios es el primer gran pacto para reducir las emisiones vinculadas al tráfico. Con el objetivo de recortar en un 30% los gases contaminantes en 15 años, las instituciones buscan luchar contra los datos que aporta el Consistorio barcelonés: cada año la contaminación atmosférica causa 3.500 muertes prematuras en el área metropolitana.
Después de que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, anunciara hace unos meses la restricción de la circulación de los coches contaminantes a partir de 2020, y de que otros municipios y entidades hiciesen anuncios parecidos, la resolución de este lunes, en una muestra de unidad entre las instituciones, adelanta un año la aplicación de las medidas. La teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, ha destacado que el pasado noviembre el Consistorio planteó 58 medidas contra la contaminación. “Celebramos que todas las Administraciones implicadas hagamos un frente común para atajar la problemática”, ha declarado Sanz.
El adelanto de las medidas se debe, en parte, a la voluntad de lograr gradualmente los niveles de emisión recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y llega después de la advertencia que la Unión Europea lanzó el pasado mes de febrero. El ejecutivo europeo advirtió por enésima vez a cinco de sus Estados miembros, entre ellos España, sobre la necesidad de rebajar la cantidad de dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire de sus ciudades, y destacó los altos niveles de polución en Madrid y Barcelona. De no emprender iniciativas contra la contaminación, Bruselas puede dirigirse al Tribunal de Justicia de la UE para que actúe contra los Gobiernos responsables.
La medida anunciada en el acto presidido por el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, tendrá un alcance significativo sobre el parque automovilístico de Cataluña. La nueva norma implica a 106.018 coches, un 7% del total, y a 22.049 furgonetas, un 16% del conjunto de este tipo de vehículos.
Cambio de vehículo
Según la Oficina Técnica de Planes de Mejora de la Calidad del Aire, que depende de la consejería que encabeza Rull, los automóviles matriculados antes de 1997 emiten 0,55 gramos de óxido de nitrógenos por cada kilómetro recorrido, 11,6 veces más que un coche nuevo. Los distritos barceloneses con un porcentaje más alto de vehículos antiguos son Ciutat Vella, Eixample y Gràcia, también los que presentan mayores niveles de polución.
Aunque en el acto no se ha precisado un presupuesto para facilitar a los usuarios el cambio de vehículo, el Área Metropolitana de Barcelona ya tiene previsto destinar 46 millones para mejorar infraestructuras como la red de trenes y de metro o los aparcamientos metropolitanos conectados a una red de autobuses. La medida más destacada, de la que también se ha hablado en el acto en el Palacio de Pedralbes, es la creación de un título de transporte público gratuito de tres años de validez que se entregará a los usuarios que decidan prescindir del vehículo contaminante.
Las Administraciones que han firmado el acuerdo preparan un protocolo, que deberá aprobarse antes del 1 de julio, con las actuaciones que facilitarán la entrada en vigor de las restricciones de circulación. Entre las medidas propuestas, además de las comentadas, destaca la creación de un peaje disuasorio en la entrada a Barcelona, y una campaña de comunicación en la que todos los conductores recibirán una etiqueta que informa del volumen de emisiones de sus coches.
“Parece que todos seamos ricos”
El pacto alcanzado ayer para reducir las emisiones contaminantes vinculadas al tráfico no obtuvo la bendición de todos los conductores. La restricción de los coches y furgonetas de más de veinte años de antigüedad afecta al 7% del parque de turismos y al 16% del de furgonetas y, al activarse solo en los días laborables, puso en alerta sobre todo a los trabajadores que tienen en el automóvil su modo de transporte habitual.
“Llevo años conservando un coche, ¿y ahora me lo prohiben?”, “¿Se supone que me tengo que comprar otro coche?” fueron algunos de los mensajes de preocupación expresados en Twitter. “Entiendo que se tenga que luchar por el medio ambiente, pero quien tiene un coche de más de veinte años es porque no puede tener otro, parece que todos seamos ricos”, lamenta Xènia, que desde el norte del Maresme se desplaza cada día a Barcelona en su vehículo del año 1998.
La opción de arrglar el automóvil y rebajar su volúmen de emisiones no es suficiente, pues solo se llegaría a reducir un 20% de emisiones. Además, desde el Departamento de Territorio y Sostenibilidad aseguran que “este tipo de coches está destinado a desaparecer de manera natural”.
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