Vuelven los boquerones a Moyano
La caseta 1 de la cuesta bibliófila de Madrid arranca su programación para “dinamizar la zona”
Los 200 empinados metros de la Cuesta de Moyano, entre El Retiro y Atocha, llevan desde 1925 siendo un lugar de encuentro en torno al libro. La treintena de casetas, que ofrece volúmenes antiguos, rara avis literarias o curiosidades bibliófilas, ha aguantado lluvias, guerras, represión, veranos, repúblicas o monarquías. No ha resistido tan bien al paso del tiempo: los años han ido aislando a estos libreros, que parece sacados de otra época. “Queremos que Moyano se convierta en un laboratorio de experimentos literarios; un lugar de encuentro; una pecera llena de boquerones”, cuentan desde La 1 de Moyano. Esta nueva caseta —que se inauguró ayer y que está gestionada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid— no pretende vender libros sino que quiere dinamizar la zona.
“Este lugar ha ido cayendo en desuso por diferentes razones [crisis editorial, cambio de modelo…] y se merece más”, opina Pedro Toro, del colectivo Hul. Este grupo programará los primeros seis meses de La 1 de Moyano (con un presupuesto de unos 20.000 euros). Después, diferentes agrupaciones —se someterá a concurso público la gestión del espacio— se encargarán del programa. “Hemos hecho una apuesta firme en la Cuesta de Moyano”, cuenta la portavoz municipal Rita Maestre, que presentó el plan. “A lo largo de 2017 diseñará nuevo mobiliario urbano para la Cuesta con la intención de que atraiga a los madrileños”, añade. Entre las nuevas infraestructuras está planeada una cafetería, “con una zona para poder disfrutar de un buen libro”.
De las 30 casetas que operan en la Cuesta desde hace 92 años, quedan dos libres —tras la jubilación de sus antiguos inquilinos— que no han sido adjudicadas. De las 28 abiertas, La 1 es de gestión municipal desde 2005, pero hasta ahora solo se había dedicado a “vender publicaciones institucionales”.
En general, los libreros ven esta iniciativa, “con cierta ilusión”. Fueron ellos los que, el año pasado, pidieron ayuda a la alcaldesa. En verano arrancó el proceso participativo Territorio Moyano, en el que han intervenido libreros, agentes culturales, arquitectos, lectores, vecinos, formaciones políticas e instituciones públicas: “Hay voluntad de escuchar y saber cuáles son nuestros problemas; algo que nunca había pasado”, dicen los libreros.
Una ración de boquerones, inauguraron ayer las actividades. El aperitivo homenajeaba a Ramón Gómez de la Serna, ingenioso escritor, asiduo a la zona, creador de las greguerías —los tuits de principio del siglo XX—, y que llamaba a la zona La Feria del boquerón porque en los años veinte del siglo pasado allí los libros se vendía a 15 céntimos.
El nombre original, Claudio Moyano, homenajea al político liberal y con inquietudes progresistas que quiso reformar el sistema educativo español del siglo XIX para acabar con los altos índices de analfabetismo de la época. También le rinde tributo la primera actividad de La 1 (viernes, a las 18.00): La Universidad de Moyano, ciclo de conferencias que arranca con la ponencia Alicia Reflejada, un viaje con John Tones al país de las ediciones más raras del clásico de Lewis Carroll. Los sábados se dedican a talleres infantiles (12.00) como Cuentos y minifancines para humanos y peces de 0 a 99 años, con Julia Happymiaow. Y los domingos (13.00), se emitirá un magazine literario en directo desde la Cuesta para la radio municipal M21 con un concierto en directo (este fin de semana de Henry Lee Schmidt). Una hora antes, Roberto Bartual hablará sobre su libro La Casa de Bernarda Alba Zombi, homenaje al poeta en la línea de Orgullo y Prejuicio Zombie. La intención de colectivo Hul es justamente devolver la vida a La Cuesta: “Queremos que la gente vuelva a pasear por Moyano; que vuelva a disfrutarla”.
Sobre la firma
