UGT ve graves carencias en la cocina del hospital Gregorio Marañón
Los trabajadores reclaman que se reformen las instalaciones y una mejor planificación
La cocina del hospital público Gregorio Marañón, que sirve los menús de los pacientes, sufre graves deficiencias, según denuncia el sindicato UGT. Los trabajadores piden reformar unas instalaciones “obsoletas” y que se contrate a más personal para evitar que se tiren a la basura 150 raciones diarias, como ocurre ahora. La Comunidad alega que se cumplen las normativas y achaca las incidencias al elevado volumen de trabajo de la cocina. Por el momento, no hay plan para su reforma.
Temperatura excesiva en la cinta de emplatado, problemas de climatización, 50 kilos de judías blancas y 23 sanjacobos a la basura una vez cocinados, carros que se estropean por falta de mantenimiento, reclamaciones de pacientes, una cucaracha en un carro del servicio de urgencias, desayunos sin preparar… Son solo algunas de las incidencias que los trabajadores del Marañón han denunciado a la dirección del hospital público, donde trabajan 7.408 profesionales.
En la cocina se preparan unas 3.500 comidas diarias. Las elaboran 42 trabajadores, de los que 21 son cocineros. Según uno de los profesionales, deberían ser 22. “Solo la mitad estamos fijos y hemos llegado a ser 17. A raíz de esto hemos protestado”, explica un cocinero que prefiere no dar su nombre. “Las instalaciones son muy viejas y hay falta de mantenimiento”, denuncia. “Es una cocina con un ritmo de trabajo muy alto y hay una clara falta de liderazgo, de gestión y de planificación”, prosigue. Se tiran 150 raciones de media, según el chef. “Aunque hay que preparar un 10% al alza, claramente las producciones no están ajustadas”, resume. Arreglan y traen maquinaria que no se ajusta a las necesidades de la cocina, que es muy peculiar. Además, “la dirección se comprometió a cambiar el lavaplatos, que está roto y ahí sigue”. Otro de los problemas que registra la cocina es la cinta de emplatado, donde no se puede superar los 12 o 13 grados. “Cuando se supera hay que pararla y supone una carga extra de trabajo”, concluye.
“Cumple la normativa”
La Comunidad explica que la cocina funciona con normalidad y que “cumple la normativa higiénico-sanitaria”. “En la actividad diaria se producen algunas incidencias derivadas del elevado volumen de trabajo de la cocina de un gran hospital, pero que se subsanan en los controles existentes en la propia cocina y que en ningún caso afectan a la calidad de la comida que se sirve a los pacientes”, aclaran. La administración dice que las incidencias en los carros se reparan de forma inmediata y que la vajilla que no queda completamente limpia con el proceso de lavado habitual se somete a un segundo proceso de limpieza. “La temperatura de la cinta de emplatado cumple la normativa Une-Aenor y no se desperdicia comida”, según el Gobierno regional. “Se controla minuciosamente tanto la elaboración como el emplatado de los menús”, dicen.
En los últimos meses, los trabajadores del hospital criticaron que muchos de ellos se están viendo obligados a compensar la falta de plantilla trabajando más días de los que les corresponden. En octubre, la administración les debía 26.035 días libres correspondientes a 2015, según un informe de UGT. El sindicato denunció entonces que el hospital carece de un sistema informático de control horario y que su política de empleo no contempla “contrataciones por sustitución de baja”.
Además, el hospital estuvo sin agua caliente ni calefacción durante varias horas en la madrugada del 24 al 25 de diciembre.
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