La Mina Grott, ¿un carril bici para cruzar Collserola?

La idea tiene algo de peregrino, aseguran un par de fuentes que conocen la infraestructura. “Sería peligrosísimo”, dice una de ellas. Pero un particular, Jaume Valldeperas, ha lanzado la idea en Change.org de convertir una antigua mina, la Mina Grott, de un kilómetro y medio, en un carril bici para conectar el Vallès con Barcelona. La mina, construida a mediados del siglo XIX para llevar agua del pantano de Vallvidera a Sarrià, cruza justo por debajo de Vallvidrera, el punto más alto de la montaña: tiene la entrada junto al embalse y la salida entre el Peu del Funicular y la carretera de les Aigües. En una semana, la idea ha cosechado mil apoyos en la página.

“Habilitar el túnel con la filosofía de las antiguas vías de tren que se han convertido en Vias Verdes supondría conectar todo el Vallès con Barcelona”, dice Valldeperas, que admite que antes habría que hacer carriles bici uniendo puntos neurálgicos de la comarca con la boca del pantano de Vallvidrera: desde la Universitat Autònoma, desde Sant Cugat, Mirasol… Las fuentes consultadas aseguran que el túnel no reúne las condiciones necesarias para hacerlo transitable. Pero Valldeperas está convencido de que es cuestión de tiempo: “Dentro de cien años estará hecho”. Él admite que todavía no se ha puesto en contacto con ninguna administración.

Desde el Ayuntamiento de Barcelona, fuentes municipales responden que habilitar el túnel sería “un reto”. “Condicionarlo para que fuera transitable, ya no por bicis sino para peatones, sería un reto para que pudiera cumplir todos los requerimientos de seguridad y accesibilidad, iluminación, drenaje, instalaciones…”, afirman, y añaden: “Sin un estudio más en profundidad parecería una operación muy difícil o muy costosa que comportaría seguramente volver a horadar el túnel con un diámetro mayor”.

Para responder a las voces que cuestionan la posibilidad de hacer un carril bici en el túnel, Valldeperas recuerda que durante un año, a comienzos del siglo XX, de 1908 a 1909, un ingeniero habilitó la mina e instaló un trenecito turístico para 36 pasajeros que tuvo tanto éxito que acabó cerrando por la presión del Tibidabo, a quien restaba visitantes. Actualmente la mina se utiliza en sentido contrario al que se creó: pertenece a la administración y por ella discurre una gran tubería de Agbar que lleva agua de Barcelona a Sant Cugat.