Los radares de tráfico de Madrid facturan 7.000 euros cada hora
Las multas por sobrepasar los límites de velocidad han aumentado un 65% respecto a 2015
Madrid recauda 6.829 euros cada hora en multas con los radares instalados en sus calles. En los primeros nueve meses de 2016, la Policía Municipal emitió 478.180 denuncias por exceso de velocidad y recaudó 60 millones de euros. La cifra supone un aumento del 65,2% respecto al año pasado, según un estudio de Automovilistas Europeos Asociados (AEA). Su presidente, Mario Arnaldo, ha denunciado la “finalidad recaudatoria” de los radares. El Ayuntamiento ha respondido que el objetivo de esos dispositivos es reducir la siniestralidad. En 2015, 26 personas murieron atropelladas en la capital.
“El incremento de las sanciones nos ha preocupado de forma notable”, subraya Arnaldo. En su opinión, “la eficacia de un radar se mide en que formule menos denuncias, no en lo contrario”. La mayoría de las infracciones registradas por los radares son de conductores que no respetan la velocidad máxima de 70 kilómetros por hora (en el 54,5% de los casos). El límite coincide, explica la organización de conductores, con el existente en los túneles de la M-30 y con el establecido desde el pasado mayo en los kilómetros 19,06 y 19,8 de esta vía, a la altura del paseo del Marqués de Monistrol (hasta entonces era de 90). “Los radares deben evitar la sanción, y lo que observamos es que cada vez hay más multas”, critica.
El informe indica que, a pesar del número de denuncias que se formulan por exceso de velocidad en la capital (478.000 de un total de dos millones), en el 88,5% de los casos se trata de excesos mínimos, de apenas un 10%. La infracción acarrea una multa de 100 euros, pero en algunos casos puede llegar a los 600 y a la retirada de seis puntos del carné. El lugar donde más sanciones se registran es la M-30, una vía a la que AEA califica de “máquina de multar”. Solo en ella, los radares contabilizan 276.408 infracciones por velocidad, que suponen el 57,8% del total y una recaudación superior a los 28 millones. “Observamos que se están utilizando los radares con una finalidad recaudatoria. Si lo que se quiere es hacer una labor preventiva, hay que anunciarlos con banda de música y fuegos artificiales si hace falta”, afirma Arnaldo. Y añade: “Lo que importa no es que cada vez haya más denuncias, sino que se evite la infracción”.
“Los objetivos del radar no son recaudatorios, sino reducir la siniestralidad”, subraya un portavoz municipal. En 2015, 26 personas murieron atropelladas en la ciudad. “Todas las medidas que se ponen son en zonas donde se rebasaba la velocidad máxima, los llamados puntos negros de movilidad y circulación”, añade. El Consistorio explica que se ha cambiado el límite de velocidad en esos puntos: zonas residenciales, entradas y salidas de la M-30 y otros lugares donde “se circulaba a mucha velocidad”. Esas decisiones han sido tomadas por personal técnico. “No es una cuestión de recaudar, sino una cuestión de prevención y de mejorar la movilidad”. El portavoz municipal señala que “cuando se toman medidas nuevas en los planes de movilidad, tráfico y circulación, suele haber un repunte inicial, por muy bien señalizados que estén los radares. Es la llamada curva de aprendizaje”. El Ayuntamiento destaca que en los próximos meses hará un balance para conocer si consigue sus objetivos.
AEA ya denunció que las multas de tráfico (que incluyen velocidad, aparcamiento o entrar en un Área de Prioridad Residencial) habían aumentado un 32% en los primeros nueve meses de 2016, hasta superar los dos millones, lo que supone 300 denuncias cada hora. Con ellas, el Ayuntamiento habría conseguido recaudar 208 millones de euros. Los estacionamientos prohibidos se llevan la palma: superan el millón y han supuesto un ingreso de 95,3 millones.
El punto negro de las multas está en la Castellana
El radar que más multas ha emitido, según el estudio de Automovilistas Europeos Asociados, es el que se colocó en marzo en el paseo de la Castellana, a la altura del número 300 (cerca del hospital de La Paz). En solo seis meses, los transcurridos desde que se instaló hasta septiembre, dicho radar ha formulado 83.555 multas.
“El límite de 50 kilómetros a la hora que marca no es creíble. Hay tan poco respeto por ese límite que el ciudadano lo sobrepasa. Ocurre lo mismo con otros radares, como el del kilómetro 4 de la A-5, que ya es superconocido, aunque ahora está en el cuarto lugar de los que más multan”, explica Mario Arnaldo, presidente de la asociación de conductores.
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