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Tribuna
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La Gran Vía y Madrid. Los próximos 100 años

El autor defiende el cierre de la gran arteria madrileña, pero reclama que exista consenso entre los diversos sectores afectados por el cierre

Las ciudades son el gran sujeto político, social, cultural y económico del siglo XXI. El mundo se mueve a su ritmo, y allí surgen las tendencias, se manifiestan los problemas y se experimentan soluciones.

Este carácter ha vuelto a demostrarse con la decisión del Ayuntamiento de Madrid de reducir el tráfico en la Gran Vía. Ha habido reacciones de todo tipo, favorables (comerciantes, ecologistas, turistas, ciudadanos) y desfavorables (hoteleros, algunos empresarios, vecinos de la zona)

Todos tenemos opinión sobre ello (personalmente la veo bienintencionada y valiente, aunque algo precipitada, no consensuada y de ejecución mejorable), pero la verdad es que ha puesto el foco en una clave del futuro de las ciudades, que fueron construidas en el siglo XX para que los coches pudieran circular por ellas cómoda y rápidamente, y que ahora debemos transformar para que los ciudadanos, caminando, en bicicleta, o en transporte público, se apropien de los espacios emblemáticos de la ciudad.

Lo han ensayado muchas ciudades del mundo, pero en los últimos años se ha extendido de forma imparable. Times Square en Nueva York, Oxford Street en Londres para 2020, Roma, Buenos Aires o Ciudad de México. Este fenómeno convertirá a las grandes ciudades, donde se concentran millones de personas desconocidas y diversas, en espacios de convivencia e integración social, abarcables y construidas a escala humana.

Las conclusiones de estos procesos son diversas, pero a pesar de algunas reticencias iniciales, se aprecia un beneficio global cuando la medida se consolida.

También hay experimentos fallidos, por precipitación, falta de consenso, mala estrategia… Porque los resultados positivos no son espontáneos. Es necesario un proceso complejo y planificado, con metodología profesional y procesos de participación reales.

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El debate sobre la Gran Vía es el debate sobre el futuro de Madrid. Su peatonalización es una decisión que afecta a múltiples variables (tráfico, economía, medio ambiente, comunicaciones, turismo, diseño urbano…). Para hacerlo bien solo cabe dialogar mucho, llegar a acuerdos, ser generosos, y pensar en el bien común y el futuro de la ciudad, sin dogmatismos ideológicos.

Actuando con el equilibrio necesario tomaremos las decisiones acertadas. Las ciudades no han sido siempre como las conocemos. Son realidades cambiantes, mutables, organismos vivos que evolucionan y se adaptan. El único límite es nuestra imaginación. Después, solo hay que ir cambiando la realidad para que se parezca a ese sueño.

Dentro de 100 años los madrileños seguirán debatiendo sobre su ciudad, transformarán la que heredaron para hacerla suya, manteniendo lo valioso y aportando su personalidad y sus valores. Seguramente la Gran Vía será objeto de sus discusiones. Habrá distintas opiniones y tendrán que llegar a consensos constructivos y duraderos. Ese es también nuestro reto. Probemos a lograrlo.

José Francisco García es coordinador de la Mesa de Urbanismo de Madrid Foro Empresarial

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