Un festival para 150 personas

Por la capital han pasado figuras internacionales como Jessy Lanza, Blood Diamonds, Labyrinth Ear, Black Atlass, Battlekat o Kero Kero Bonito en un formato mucho más reducido que el de los grandes festivales que ahora transitan. Según sus propias palabras, el colectivo nace como una plataforma reivindicativa en torno al sintetizador, con epicentro en un género tan reivindicado estos días como es el synth-pop. Un verdadero laboratorio donde explorar tendencias y nuevos sonidos, intentando que los proyectos locales se apoyen en los internacionales para que tengan más visibilidad y que los internacionales consigan expandirse en un país donde no tendrían tanto tirón.

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Su campamento base se sitúa en el Café La Palma, sala de conciertos de aforo reducido, pero que les permite arriesgar con los formatos y sentirse más arropados. Aunque también han coqueteado con tamaños más grandes: como en su primer aniversario, cuando organizaron un festival con 4 escenarios en tiendas de ropa, o su última colaboración, hace un año, con Absolut Elektric Factory, para los que comisionaron parte de su cartel musical.

Esta próxima fiesta es una buena síntesis de su espíritu, explorando nuevas vías y unificandolas en el formato de un festival. Para ello contarán con el israelí Ash Koosha, uno de los artistas más arriesgados del panorama digital; la barcelonesa Noia, cuyo primer EP se mueve cómodo entre el r'n'b y el pop etéreo; y el productor de house esotérico y vaporwave Clinton Affair. Cierran la noche MK Milk y XPB1, residentes de Post Club; tendiendo puentes entre colectividades madrileñas.