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La unidad de la esperanza

La Comunidad de Madrid, con un programa de prevención y formación de profesionales, es la región con la tasa de suicidios más baja de España

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“Yo he tenido siete intentos de suicidio… Siete”. Carmen (nombre ficticio) prefiere guardar su anonimato. Ha padecido una depresión que le condujo a intentar quitarse la vida repetidas veces. De su recuperación se ha hecho cargo la oficina de Salud Mental de la Comunidad de Madrid, una unidad con un programa de prevención y formación que ha influido para lograr una reducción significativa de la repetición de tentativas de suicidio. La región tiene la menor tasa de suicidios de España: 5,3 por cada 100.000 habitantes. “Es muy difícil, pero de esto se sale”, relata Carmen.

“La enfermedad mental está estigmatizada”, explica Mercedes Navío, médico psiquiatra y coordinadora de esta unidad. El suicidio es un problema de salud pública que constituye la primera causa externa de muerte en España: los datos del Instituto Nacional de Estadística de 2014 recogen 3.910 fallecidos por esta causa, una cifra que casi duplica a los muertos por accidente de tráfico. Para luchar contra ello, el Gobierno regional ha implementado un programa de prevención del suicidio que mejora el seguimiento de personas que han tenido tentativas. Se realiza en el Hospital 12 de Octubre y en la Fundación Jiménez Díaz.

Javier es uno de los pacientes del centro de salud mental de la Fundación: se intentó quitar la vida al menos cuatro veces. “No le ves salida a nada. Lo ves todo negro. Cuando tienes esta enfermedad tienes que pedir ayuda. Ahora, aunque tengo recaídas, estoy al 80% de mi recuperación”. Navío explica que la “lógica suicida” impide al enfermo ver una salvación, que tiene una “visión en túnel” que le lleva a “una situación de la que no sabe salir, un sufrimiento invivible que cree que no va a terminar. En el 100% de los casos no quieren morir, quieren dejar de sufrir”, afirma Navío.

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El suicidio es un problema de salud mental “multifactorial” y el tiempo de recuperación es “muy variable”. Los cuadros depresivos revierten “en meses o en un año”, los trastornos de personalidad [rasgos disfuncionales que generan sufrimiento en la persona] o la psicosis [alteración de pensamiento racional] pueden necesitar tratamiento “indefinido”.

Carmen sufrió una depresión por problemas familiares y económicos. “Llegas a un punto en el que no puedes con lo que tienes delante. Yo era una persona alegre y lo veía negro. Pedro Gutiérrez, psicólogo de la Fundación, me ha ayudado muchísimo. No pienso volver a caer porque tengo ilusión, una hija que me necesita y cosas por las que luchar”, explica.

Los pacientes con potencial riesgo suicida tiene garantizada una cita en el Servicio de Salud Mental de referencia en el plazo máximo de una semana tras el alta hospitalaria o de urgencias. Madrid cuenta con 39 de estos centros. El 90% de los suicidios son provocados por una enfermedad mental. Esa cifra se desglosa en depresiones —en torno al 50%—, adicciones al alcohol, psicosis y trastornos de personalidad. El 10% restante se produce por un estrés agudo que supera la capacidad de afrontar una situación que pone al límite al paciente. Por último, existen casos “excepcionales” de suicidios “racionales”: “el suicida no tiene ninguna patología pero cree su ciclo vital ha terminado”, aclara Navío.

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“La verguenza es el mayor freno para pedir ayuda”, dice Mercedes Navío

En los servicios de urgencias la Comunidad se ha implantado un test obligatorio que explora el riesgo de repetición suicida y que evita la omisión accidental de alguna pregunta clave del psiquiatra de guardia. “Los sentimientos de culpa y de vergüenza son el mayor freno de una persona y de su entorno a la hora de pedir ayuda. Socialmente son, probablemente, lo que explica el silencio que reina en torno al suicidio. Los medios de comunicación son vehículos fundamentales para romper ese tabú”, concluye la psiquiatra Navío.

El otro gran drama es el de los que se quedan. El estrés de la persona que pierde a alguien es igual al que sufre un prisionero en un campo de concentración, según la Asociación Americana de Psiquiatría. “Con los familiares también hacemos un trabajo importante para su recuperación”, concluye Navío.

¿Cómo han de tratar los medios el suicidio?

Según la Organización Mundial de la Salud, “informar del suicidio de manera apropiada, exacta y potencialmente útil a través de medios progresistas e inteligentes puede prevenir una trágica pérdida de vidas”.

Mercedes Navío, médico psiquiatra, señala que los medios de comunicación son “un agente clave antisuicida” porque puede trasladar a la sociedad que el suicidio se puede “prevenir”. “Son el arma más contudente que se puede esgrimir contra el tabú social”, explica. La doctora señala que no se debe “glorificar a las víctimas”, ni entrar en detalles “morbosos” que describan los métodos usados. Tampoco “frivolizar” sobre un intento frustrado. Los medios pueden, sin embargo, enviar un mensaje de “esperanza” a cualquiera que pueda pensar en este momento en quitarse la vida: “no estás solo, pide ayuda, te vamos a ayudar”.

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