Schommer, un canto a la modernidad
Una exposición en San Sebastián repasa su trayectoria de más de medio siglo de creación artística
La muestra Alberto Schommer…hacia la modernidad repasa la trayectoria de quien es considerado genial artista y padre de la fotografía moderna en España y Europa. Un total de 89 obras, la mayoría donadas por el artista vitoriano al Museo de Bellas Artes de Bilbao y otras menos conocidas pertenecientes a la fundación que lleva su nombre, ofrecen al visitante un itinerario por sus inicios, sus paisajes y escenarios y su faceta más experimental.
Alberto Schommer…hacia la modernidad abre la programación artística de Artegunea, la sala de exposiciones que Kutxa tiene en el centro de cultura contemporánea Tabakalera, en San Sebastián, que en 2017 estará íntegramente dedicada a la fotografía. La exposición permanecerá abierta hasta el 19 de marzo.
"La obra de Schommer, es toda una vida. Con sus fotos Schommer ha producido una segunda colectividad humana, con sus ciudades y sus parques, sus bailes, sus gobernantes, sus obispos, sus niños y sus fantasmas. Un universo, en fin, que siempre quedará como el testimonio de un artista, que al trabajar confería a su obra incontables dosis de amor y de poesía e interminables maneras de verla y contarla", en palabras del escritor Vicente Verdú.
La primera parte de la exposición se detiene en los primeros pasos artísticos de Schommer, Premio Nacional de Fotografía en 2013. En la década de los 50 realiza sus primeras imágenes, cuidadas composiciones con una gramática personal, alejadas del reinante pictoralismo tardío.
La serie Máscaras, iniciada en 1985, revela el contacto que el fotógrafo mantuvo con cuadros de los maestros Velázquez o Goya en el Museo del Prado, en mayo del 2014. Esta serie de rostros muestra cómo con el paso del tiempo la arruga de los protagonistas se convierte en metafóricos paisajes de su biografía.
La parte más experimental de Schommer pone de relieve su transición de la mera transcripción de la realidad y acumula trabajos que se instalan en los límites fotográficos sirviéndose de todo tipo de técnicas y soportes ligados a la experimentación formal. Schommer da rienda suelta a su imaginación y consigue dar vida a metacrilatos de color, vidrios, espejos rotos, cables de acero, hasta alcanzar esta serie de bodegones contemporáneos en una especie de "fotopintura”, que recuerda a sus primeros óleos.
