Territorio reforma la ley para evitar los planes urbanísticos fantasma
"Queremos un urbanismo al servicio del interés general, no de los particulares", dice Salvador
El Gobierno valenciano ha tomado decisiones en el último año y medio que han evitado la reclasificación de casi 13 millones de metros cuadrados del territorio -unos 1.500 campos de fútbol- a través de los planes territoriales de la costa, la huerta y los metropolitanos. La Consejería, que dirige María José Salvador, trabaja en la reforma de la Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje (LOTUP), que dará una solución a los cientos de PAI (Programa de Actuación Integrada) fantasma, que se fueron al traste cuando estalló la burbuja inmobiliaria.
Un equipo de expertos -Espai Territorio- estudian desde hace nueve meses cómo reformar la ley urbanística valenciana, que tuvo que simplificarse en 2014 después de años de cierto caos legal, para que el sector público recupere las riendas del diseño urbanístico de las ciudades. La reforma limitará la posibilidad de clasificar terrenos no urbanizables a urbanizables vinculados a PAI de gestión privada, con lo que los promotores privados ya no podrán decidir, según Territorio, el modelo de los municipios.
La reforma, que podría llegar a las Cortes Valencianas para su tramitación en 2017, pretende ofrecer una salida a los centenares de planes urbanísticos paralizados desde 2008. Se propone para los planes paralizados o suspendidos por la crisis pero que puedan desarrollarse en el futuro, dividirlo en unidades de ejecución más pequeños y dar 10 años de plazo para ejecutarlos. Para los que no salgan adelante, el departamento de Salvador propone "la reparcelación inversa" para reducir las cargas urbanas y fiscales a los propietarios.
"Venimos de un modelo urbanístico basado en la especulación, que ha dejado por todo el territorio los llamados PAI fantasma, donde ha habido una mala planificación y una mala gestión del anterior Gobierno del PP", declaró la consejera el pasado 14 de noviembre tras una reunión de trabajo con los expertos
El ritmo de urbanización del territorio valenciano en las últimas décadas ha sido vertiginoso. Los planeamientos aprobados en 20 años ha supuesto la clasificación de suelo urbanizable en un porcentaje muy superior al que recoge la Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana, donde se trazan las líneas rojas de la política urbanística valenciana.
Además de la revisión de los PGOU, desde 1995 se han reclasificado 108 millones de metros cuadrados de suelo (323 planes reclasificatorios de suelo al margen de los planes generales), según datos de Territorio. En el litoral valenciano, la tasa de urbanización en los 10 kilómetros de costa hacia el interior ha sido 3,5 veces superior al crecimiento de la población de la zona.
La consejería explica que el frente litoral tiene más de un 50% de suelo urbano y urbanizable en su primer kilómetro de costa y unos tramos no urbanizables que carecen de protección ambiental a pesar de su alto valor paisajístico, por lo que hay que preservarlos. "Si no se actúa de manera urgente, en 10 años se colmatará toda la franja litoral.
En la huerta del área metropolitana de Valencia, la presión urbanística ha transformado en suelo urbano más de un 30% de huerta en los últimos 25 años, de ahí la necesidad del plan territorial que frene el avance de su urbanización.
Con la desclasificación de 13 millones de metros cuadrados de suelo, Territorio calcula que se ha impedido la construcción de más de 75.000 viviendas en toda la Comunidad Valenciana. Han decaido proyectos aceptados por anteriores gobiernos del PP como Gran Manises (1,3 millones de metros cuadrados), el plan parcial de Benamar de Civa (2,2 millones de metros) o la Baronía Golf Resort (5 millones de metros).
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