El MNAC valida con informes su negativa a devolver las pinturas
El director del Prado respalda la posición de no trasladarlas a Sijena
Para el Museo Nacional de Arte de Cataluña no hay duda: Mover las pinturas murales de la sala capitular del monasterio de Sijena es una temeridad y comportará un “riesgo tremendamente alto e innecesario” y las puede dañar de “forma irremediable”. No es que lo piensen, es lo que concluye el informe que ha encargado y presentó a la juez de instrucción de Huesca el jueves como respuesta a la solicitud de que se ejecute la sentencia que obliga al MNAC a entregar las pinturas románicas que expone desde 1960, tal y como explicó ayer Pepe Serra, director del MNAC. Según el informe, alterar las condiciones en las que las pinturas se conservan en los últimos 70 años puede ser letal. Según desveló Serra, el director del Prado, Miguel Zugaza le ha transmitido su solidaridad “a nivel personal” por priorizar la preservación de la obra. Serra también recordó que sus decisiones estaban siempre respaldadas por el patronato del museo “en el que la segunda institución es el Ministerio de Cultura, por encima del Ayuntamiento. José María Lasalle [secretario de Estado de Cultura], es vicepresidente del patronato”, recordó.
Ante la contundencia del informe el MNAC y teniendo en cuenta que la medida es provisional, ya que está recurrida en la Audiencia Provincial, el museo se niega a entregar las obras del siglo XIII. Es como “un enfermo en coma que puede morir ante cualquier vibración, manipulación o cambio de temperatura o humedad relativa”, explicó Serra que añadió que si “la sentencia fuera revocada, resultaría imposible restituir las pinturas al museo, sometiéndolas a un segundo traslado”.
Las pinturas de Sijena dejaron de ser murales en 1936 después de sufrir el incendio que asoló el monasterio y de que fueran arrancadas por Josep Gudiol en una campaña de salvaguarda que promovió la Generalitat de Cataluña, operación que desde Aragón califican de expolio. Tras soportar más de 1.000 grados, se perdieron el 50% de las pinturas, del resto, el 32% es una reintegración pictórica completa y solo el 18% son las originales alteradas por los efectos de las altas temperaturas. Las pinturas fueron traspasadas en los años 1940 a telas de algodón mediante un adhesivo de caseína procedente del queso; unas telas que se tensaron en batidores y plafones de madera. Durante la restauración se llevó a cabo una reintegración para completar las escenas y así facilitar su lectura.
Los informes los han realizado el CSIC que ha analizado la alteración y fragmentación de la fina capa de pintura “de apenas medio milímetro”; la Universitat de Barcelona ha puesto en evidencia que los restos de cola que se utilizaron en el arranque son muy reactivos a los cambios de humedad relativa del ambiente; la Universitat Autónoma de Barcelona ha analizado el tipo y el número de bacterias latentes encontradas en las pinturas y asegura que el cambio de condiciones facilitaría su crecimiento y su degradación; la Politècnica de Catalunya ha realizado dos trabajos; en uno ha estudiado los efectos del cambio de condiciones en los hilos de algodón de las telas en las que están traspasadas las pinturas que comportaría la inevitable pérdida de pintura original y como los morteros donde se adhieren las pinturas son muy sensibles.
“Si las pinturas se han conservado es gracias a las medidas de conservación que tiene el MNAC, un referente en la pintura mural románica a nivel mundial”, explicó Serra que intervino en compañía de la responsable de conservación preventiva del museo Mireia Mestre y Núria Oriols, química del MNAC. "La pregunta no es si se puede o no se puede hacer; la pirámide de Cheops se puede hacer en Lloret, sino si es aconsejable hacerlo o no, y a la vista de los estudios sobre la mecánica, los pigmentos, la caseína o la microbiología, la conclusión es que sería una temeridad trasladarlos, pero aún más hacerlo provisionalmente cuando faltan la Audiencia Provincial y el Tribunal Supremo", ha resumido el director.
La presentación del informe se realizó en la sala contigua donde se exhiben las pinturas y mientras la experta italiana a nivel mundial Simona Sajeva estaba realizando su estudio (que se añadirá en noviembre a los aportados a la juez) sobre las consecuencias y el riesgo de restituir las pinturas. Además, el museo cuenta con el aval de otro experto de fama mundial, Gianluigi Colalucci, restaurador de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, que asegura que son “inamovibles” para evitar “graves problemas para su conservación”. “Me cuesta mucho pensar que algún profesional del ámbito de la restauración me ponga por escrito que es sensato y oportuno y una buena medida mover esto provisionalmente, qué director de museo dice que le parece una buena idea, tengo ganas de verlo”, remachó Serra.
Por su parte, Abel Garriga, el abogado del MNAC, desveló que el único impedimento que pone la ley de enjuiciamiento civil para ejecutar la sentencia es “la irreversibilidad de la situación creada por la ejecución provisional y en este caso es más que evidente el perjuicio que se puede crear". El miércoles acaba el plazo para que el gobierno de Aragón presente argumentos contrarios a la respuesta entregada por el MNAC el jueves. Será entonces cuando la jueza “hará una evaluación de los daños y una ponderación entre los intereses de las dos partes”.
¿Pinturas viajeras?
Alfonso Salillas, alcalde de Sijena por el PAR, acusó al MNAC y a la Generalitat de impedir que las pinturas viajaran a Sijena cuando ya lo habían hecho en varias ocasiones; a Estados Unidos y a Inglaterra. El consejero de Cultura Santi Vila lo negó, pero es verdad que algunos de los plafones sí que han salido al extranjero para participar en exposiciones:
- En 1970 viajaron siete plafones (de 67 por 54 centímetros cada uno) al Metropolitan de Nueva York para participar en la exposición The year 1200.
- En 1984 a la Hayward Gallery de Londres para participar en la exposición English Romanesque art 1066-1200, tres plafones
- Los mismos tres plafones que en 1997 viajaron al MoMA de Nueva York para participar en la muestra The Glory of Bizantium. Art and Cultures of the Middle Bizantine Era. 843-1261.
“Las pinturas no han viajado nunca, solo lo han hecho un 0,0001 del conjunto”, aseguró Serra que matizó: “ahora no pasaría, pero las conservación preventiva hoy es diferente a la de hace unos años. Es muy perverso decir que las pinturas han viajado”.
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