La amenaza de moción de censura contra Colau se desinfla
Collboni se muestra leal a su acuerdo con BComú y ERC descarta un pacto con PP y C’s
Jaume Collboni, teniente de alcalde y líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, desarmó ayer la amenaza que lanzó CiU el viernes al plantear una moción de censura contra la alcaldesa Ada Colau. La oposición en bloque tumbó, hace una semana, el plan de gobierno de la alcaldesa y los convergentes tantearon la posibilidad de una moción de censura para la que necesitaban 21 concejales. Tenían que sumar los votos de CiU (10), C's (5), PP (3) y ERC (5) o que el PSC (4) rompiera su pacto con BComú (11). Sin ni siquiera haber empezado las negociaciones, se desinfló el movimiento ya que ERC se negó a pactar con el PP o C's y Collboni se mostró leal al acuerdo con BComú..
“El PSC tiene palabra y el gobierno de Barcelona funciona. No es el momento de operaciones de despachos, sino de resolver los problemas de los barceloneses”, argumentó el presidente del grupo socialista, quien se desmarcó de la propuesta del grupo de CiU asegurando que “hablan de una coalición imposible en la que suman peras y patatas”. Y resaltó: “Si el PSC ha llevado el no es no hasta las últimas consecuencias en Madrid, no tiene ningún sentido que metamos al PP en el Ayuntamiento”.
Casi todos los miembros de la oposición hicieron referencia a la imposibilidad de armar un bloque homogéneo con el que descabalgar a Colau de la Alcaldía.
El portavoz de CiU en el Consistorio, Joaquim Forn, argumentó ayer que, tras 16 meses de gobierno de Colau, “el balance es negativo y Barcelona necesita ambición y liderazgo”. El convergente destacó que “hay una falta de rumbo y no hay un proyecto claro de ciudad” y criticó que “tras la entrada del PSC en el gobierno, ERC está haciendo más oposición y la CUP se ha distanciado del equipo de Colau”. Forn justificó que la aritmética demuestra que hay una mayoría de regidores “contrarios a la política de BComú y creemos que existe un margen para llegar a acuerdos, que no solo pasan por una moción de censura”. El líder convergente no tiraba del todo la toalla pero empezaba a modificar su propuesta. Anunció que la próxima semana se reuniría con todos los partidos excepto con BComú para echar de la Alcaldía a Ada Colau. El portavoz no descartó entregar la “alcaldía a otro grupo, aunque esto es una opinión estrictamente personal”.
Poco después, el líder de ERC, Alfred Bosch, cerró también la puerta a la posibilidad de apoyar la moción de censura y aunque se mostró dispuesto a dialogar de su modelo de ciudad con el resto de formaciones políticas, concluyó: “Es una absurdidad pensar en un pacto entre ERC y PP y Ciudadanos. Aún así, queremos saber qué planes tiene CiU, que es el partido que propone la moción de censura”. El líder republicano informó que pondrá encima de la mesa en las reuniones el mismo proyecto de ciudad que propuso a BComú.
El líder popular en el Ayuntamiento, Alberto Fernández Díaz, admitió con rotundidad, cuando todavía creía posible la moción, que “todos tenemos que hacer renuncias y no permitir que Colau siga al frente de la alcaldía”. El popular calificó— antes de conocer las intenciones de Collboni— de “imprescindible” que el PSC apoyara la futura moción. “No puede ser que el PSC gobierne con Ada Colau, la alcaldesa que está más pendiente de la CUP (3) y que en la campaña llamaba mafiosos a los socialistas”. “Colau gobierna de forma absolutista, con socios como el PSC y cómplices en la oposición”, sentenció el popular. “Hay una Barcelona muy harta de Ada Colau”, concluyó.
La líder municipal de Ciudadanos, Carina Mejías, se manifestó a favor de una “alternativa a Colau y a que haya diálogo entre la oposición, pero sólo apoyaremos a un candidato de consenso, nunca a uno de un partido que quiera romper España”.
La CUP se ha desmarcado desde el primer momento de una votación que le sitúe al lado del grupo municipal de CiU.
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