Comida y música
El cantante del grupo de música indie pop/rock demuestra en este recorrido que es cierto lo que afirma de sí mismo: “Soy un gordo atrapado en el cuerpo de un hombre delgado”
1. Palentino. Allí quedo con amigos de toda la vida para empezar los viernes y sábados y ya luego seguir a sitios de moderneo, que tampoco me encantan pero la zona va de eso. (Calle del Pez, 12).
2. Búho Real y café Libertad 8. Si te dan la oportunidad de tocar en estos templos es porque tienes algo que aportar. Las grandes ciudades están llenas de pequeños grandes sitios como estos. Allí empecé; hacía lo que podía con la guitarra. En mi casa montaba pistas con varios instrumentos y descubrí que funcionaría mejor con banda. (Búho Real en calle Regueros, 5. Libertad 8, en calle Libertad, 8).
3. Salida del metro de Tribunal. Es mi primer recuerdo de la noche madrileña. Es un punto de encuentro; cualquiera que haya salido por Madrid sabe de lo que hablo. Empezábamos en el Penta, la Vía Láctea, el San Mateo Seis, el Tupperware. Y ahora seguimos yendo, aunque evito escuchar mis canciones.
4. Calle Ibiza. Fue mi barrio durante mucho tiempo, donde cogía menús del día para subírmelos a casa a comer en El Paleto (Calle Alcalde Sáinz de Baranda, 50) que es un sitio fantástico. En El Retiro aprendí a patinar a los 30 con muchísimo cuidado de no romperme la muñeca. Allí, el año pasado, viví mi primera Feria del Libro como autor.
5. Joy Eslava. Para llenar la sala empapelamos Madrid con carteles que decían: “¿Conoces al grupo del que todo el mundo habla?”, lo hicimos porque no nos conocía nadie. Pusimos un montón de ilusión en esto y voy yo y el lunes me cojo un gripazo… Vamos, que fui con urbasón en el cuerpo, pero todo salió bien. Grabamos el vídeo de La mujer de verde. (Calle del Arenal, 11).
6. El Observatorio. De estos locales de ensayo salen las furgonetas hacia las giras. Es el sitio donde nos encontramos con otros músicos, con la nueva música, la del boca a boca, de lo democrático. Salen muchas sinergias con gente como Jero Romero, Charlie Bautista... Nos queremos mucho. (Calle de Algorta, 25).
7. Palacio de los Deportes. Fuimos el primer grupo que dio allí un concierto, sin sello detrás, y llenamos. Es el paradigma del nuevo panorama musical, que todo sale de nuestras cabezas y nuestros bolsillos. Fue el 11 de abril de 2015, el fin de gira, y se llamaba Despedida en directo. ¡Pero no nos despedíamos, claro! (Av. de Felipe II, s/n).
8. Intercambiador de Moncloa. Tenía que ir a él cada mañana, porque cuando llegué a Madrid para trabajar de ingeniero, mi oficina estaba en Aravaca. Lo relaciono con un momento en el que me di cuenta de que aquello no podía ser mi vida.
9. Alfredo’s Barbacoa. Este sitio hace que todas las hamburguesas parezcan bastardas al lado de las suyas. Y me encantan la ensalada de col y los postres. Vais a agradecer este consejo. Soy un gordo atrapado en el cuerpo de un hombre delgado al que le encanta lo auténtico, y este sitio lo es. (Calle Juan Hurtado de Mendoza, 11).
10. Chino de la calle de La Luna. Ahora se llama Kung Fu, pero antes había allí otro chino, que llamábamos “el chino para chinos”, donde sólo iban asiáticos y que tenía una cocinera autóctona estupenda y una pecera siniestra. Ahora voy al Ni Hao, del que recomiendo el arroz con verdura seca, la ternera a la plancha con pimientos picantes y empanadillas a la plancha. (Calle de Silva, 20).
Cambio de vocación
Mikel Izal (Pamplona, 1982) es vocalista de la banda Izal, nacida en Madrid cuando decidió dejar de lado su carrera de ingeniero de telecomunicaciones. Ha publicado un libro de relatos, Los seres que me llenan (Aguilar, 2016). Actúa hoy en el Neox Rocks Festival.
