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Los últimos dinosaurios del papel

La Fira del Llibre d’Ocasió i Modern reivindica a los lectores de letra impresa

Una de las casetas de La Fira del Llibre d'Ocasió i Modern en el Paseo de Gràcia de Barcelona.
Una de las casetas de La Fira del Llibre d'Ocasió i Modern en el Paseo de Gràcia de Barcelona.CARLES RIBAS

Ha llegado septiembre y los dinosaurios siguen resistiendo en el centro de Barcelona. “No sabemos cuándo caerá el meteorito, pero está en trayectoria directa”, manifestó el librero Javier Torradas, de Dixtor Libros, que se ha asentado en una de las casetas de la Fira del Llibre d’Ocasió i Modern que estarán abiertas hasta el 2 de octubre. “El libro es como un dinosaurio de pasos muy lentos y esto no lo podemos obviar”, añadió desde su expositor, donde los libros de ocasión han ido reemplazando a los de viejo en una de las librerías más veteranas de la feria, que celebra su 65ª edición.

En el interior de la caseta de Torradas aún mantienen algún ejemplar de viejo como el Marqués de la Victoria —un álbum sobre construcción naval de 250 euros cuyo original se expone en Madrid— o la copia del testamento de Cristóbal Colón, aunque gran parte de su arsenal lo componen libros de ocasión modernos. “Las ventas de libros han caído en picado por el tema digital, que le está comiendo mucho espacio al papel, pero si se mira el lado positivo se dejará de deforestar el Amazonas”, bromeó Torradas. La suya es una de las 35 casetas —dos más que el año pasado— situada en el céntrico tramo de paseo de Gràcia, desde plaza de Catalunya hasta la calle del Consell de Cent.

En la feria, que cuenta con dos librerías invitadas —una de Valencia y otra de Madrid— por el gremio, se pueden comprar tanto libros de edición comercial como incunables —así como una obra de Ovideo impresa en 1497 en Venecia o un Quijote del impresor Joaquin Ibarra de 1780— además de primeras ediciones, novelas con encuadernaciones especiales o ejemplares dedicados. A pesar de ello, el libro de segunda mano gana terreno a los de viejo en un sector debilitado por el auge de las nuevas tecnologías y otros formatos de lectura. Este año son el 60% de los 14.000 libros que están a la venta.

En la Llibrería Monimoon, rodeado de globos terráqueos y buscadores de estrellas, Pedro Bermudo comenta que en su caseta se encuentran todo tipo de libros, desde pergaminos del siglo XVIII hasta un apartado de novelas modernas. Bermudo ha comparado un libro de viejo con una obra de arte: “Ahora, a la gente le va más el arte contemporáneo, así que en el caso de los libros pasa lo mismo y los compradores tirarán más por un best-seller reciente que por libros antiguos”. Por este motivo los libros de ocasión han proliferado en la mayoría de mostradores, mientras que los de viejo quedan cada vez más relegados al fondo de las casetas.

Otra causa es la brecha generacional como ha apuntado la presidenta del gremio, Patricia Camiño. “Con los libros de segunda mano se va tirando, pero los de viejo cuesta más venderlos porque la mayoría de bibliógrafos o coleccionistas ya tienen una edad y es difícil que vengan nuevos compradores”, explicó.

La feria del libro ha puesto en boga el papel del lector frente al del consumidor de nuevas tecnologías. “Creo que el problema serán las nuevas generaciones que ya no tocan el papel”, lamentó Camiño.

En este sentido, el escritor Andreu Martín aludió a la televisión como factor influyente en la disminución del hábito de lectura, donde se requiere una implicación que otros formatos no exigen. “Nos han declarado la guerra y la estamos perdiendo”, manifestó el escritor en el pregón inaugural, antes de abogar por “subvenciones, clubes de lectura, actividades frenéticas en las bibliotecas, lecturas obligadas en las escuelas, pero también en las casas, para poder plantar cara al enemigo”. Ante un mundo digitalizado y dominado por la imagen, el autor de novelas negras como Prótesis, El hombre de la navaja o Si es no es ha expresado un “Viva la santa patrona Literatura”.

Además de la exposición 150 años de cubiertas ilustradas, la feria acoge entre dos y tres librerías que venden exclusivamente libros de saldo. “Tienen más exito los de segunda mano porque son más asequibles”, explicó Albert Obradors, de Anticuaria Casals y expresidente del gremio, que vende en su caseta siete volúmenes de los Anales de la Corona de Aragón, del cronista Jerónimo Zurita, valorados en 4.500 euros.

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