Màrius Sampere, premio Lletra d’Or por ‘L’esfera insomne’

Su abuelo ya le advirtió de que no se dedicara a la poesía: “no ganarás ni una peseta”; se lo dijo tras ver que hacía versos y dedicaba sus primeras rimas al rosal blanco de casa. Casi 80 años después, el aviso sigue bien cierto: Màrius Sampere (Barcelona, 1928) ganó ayer el premio Lletra d’Or al mejor libro en lengua catalana de 2015 por L’esfera insomne (LaBreu Edicions): otorgado desde 1956 por un jurado independiente, es altamente prestigioso (Pla, Espriu, Carner y Gimferrer, entre otros, lo obtuvieron) pero, amén de una pequeña letra griega fi, símbolo clásico del equilibrio, diseñada por el joyero Manel Capdevila, nieto del impulsor del galardón, no tiene dotación económica.

“Casi 40 años esperando este reconocimiento y cuando ya me había acostumbrado a no tenerlo, ahora vuelve a renacer la ilusión”, afirmó el autor de L'home i el límit, poemario con el que a sus 40 años iniciaba una trayectoria que arrancaba ya con el premio Carles Riba.

“Mi poesía es el resultado de existir, sentir, pensar”, aseguró el también pintor i fotógrafo, que aclaró que L’esfera insomne “arranca del caos inevitable, tratando la poesía de expresarse a través de este caos para que resulte inteligente”, informa Efe. En cualquier caso, dijo que el galardón “es un estímulo para seguir escribiendo”. Escribir una poesía que arranca de aspectos de lo cotidiano para dotarlo de capas metafísicas. Justamente, el jurado destacó del poemario la innovación provocadora”, así como su actitud “visionaria y audaz”.

Algo más de dinero sí vio la 34ª Setmana del Llibre en Català, que cerró sus puertas en la plaza de la Catedral de Barcelona el pasado domingo. La facturación fue de 354.000 euros que, según la organización, significa un 16,6% de incremento en relación con la de 2015. El crecimiento vino en parte por la cifra récord de 150 expositores. Bajo esa premisa, los números son ligeramente inferiores a lo deseable puesto que el aumento de expositores fue de un 18%. Ello explicaría que algunos facturaran hasta dos dígitos menos que en 2015. También se ha detectado un descenso (12%) de visitantes y gente en actos. El asfixiante calor y las tempranas fechas (del 2 al 11 de este mes) habrían contribuido. Por ello, la Setmana de 2017 podría arrancar siete días más tarde, según las negociaciones que ultiman organizadores y Consistorio.