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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

‘A punt’ ¿de qué?

Esto sigue y sigue: no acabará bien. Acabará mal. En Madrid, entretenidos con el juguete de la investidura, no se enteran. En Barcelona no se aclaran

Francesc de Carreras

Pocos artículos en mi vida me han resultado tan difíciles de preparar como este. Iba retrasado en la lectura detenida de los periódicos de los últimos días y no había escuchado ciertas radios catalanas. Mientras iba poniéndome al día me invadía una creciente sensación: no entiendo nada.

Casi cambio de tema: el otoño que se acerca, el desamparo de no poder leer en agosto a Joaquín Luna en La Vanguardia, un recuerdo para Léo Ferré en no sé qué aniversario… Las tentaciones eran muchas. Pero quería intentar comprender lo que está pasando dentro del separatismo catalán y seguía leyendo periódicos. Hacia el final, podía haber empezado por ahí, un memorable artículo de Lluís Bassets (La victoria del procesismo, publicado el sábado) me sugirió muchas cosas. Ahora ya me atrevo a trazar tres imprecisas pinceladas sobre esta confusa situación.

Primero, los datos. Entre los sectores nacionalistas se han celebrado, por lo visto, tres diadas: una el viernes en Sant Boi organizada por ERC, Podemos y la CUP. Otra el domingo por la mañana, también en Sant Boi, convocada por En Comú (parece que sin Podem). Una tercera el mismo día por la tarde en Barcelona y otras ciudades de Cataluña convocada por las dos grandes asociaciones especializadas en ese cometido, la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, con asistencia de Carles Puigdemont.

Ciudadanos y el PP no han asistido a ninguna, el PSC no se sabe y, probablemente, no contesta. Creo que Pere Portabella es el único que ha estado en todas. Pasemos ahora al comentario.

La manifestación, la quinta desde 2012, ha sido un éxito, un gran éxito. Quizás algunos están cansados, no me extrañaría pero, caramba, muchos siguen ese día cumpliendo con la patria. Me da igual que los asistentes hayan sido este año muchos menos, no lo sé. El año pasado se dijo que eran 1.400.000, este año 800.000, la diferencia es muy notable, pero seguro que ni la cifra del año pasado, ni de los anteriores ni la del domingo, era cierta. Aunque fueran la mitad, 400.000 y repartidos por toda Cataluña, no deja de ser una movilización impresionante: a ver quién es capaz de superarla.

Ahora bien, no es “toda Cataluña”, no es “Cataluña”, no son “los catalanes”: son los que son en un país de alrededor de siete millones de habitantes. La democracia, el gobierno sustentado en mayorías parlamentarias, se ejerce en las urnas. Las manifestaciones son indicios, en casos como este muy claros, de que una idea es apoyada por muchos. Esta es la conclusión que debemos sacar de las movilizaciones, pero no ir más allá, no confundir la parte con el todo.

Un segundo aspecto a comentar es la fragmentación que provoca el separatismo y que en el presente 11 de septiembre ha adquirido extremos imprevistos. Hasta ahora, sabíamos lo de CiU, lo de Unió, lo del PSC, lo de IC. Devastador todo. Pero ahora está lo de En Comú Podem. La verdad es que aquí puedo patinar pero entiendo que esta coalición (si es coalición) agrupa a En Comú (Colau, para entendernos), a Podem (Podemos) y a ICV y EUiA (en definitiva la antigua IC). Pues bien, Podem estaba el viernes en Sant Boi (en las demás no lo sé), En Comú en la del domingo también en Sant Boi (después no lo sé). Colau, que naturalmente estuvo en Sant Boi el domingo por la mañana, también estaba en Barcelona por la tarde, con algunos de los suyos, por lo menos Pisarello y Domènech. Pero los demás no lo sé.

¿Qué significa todo esto? ¿Dónde está, realmente, En Comú Podem? ¿Dónde cada una de sus partes? ¿Por qué van separados? ¿Significa que opinan distinto? ¿Qué quieren? Quizás lo han explicado. Pero poco. Después de unas horas de investigación (sic) no me he enterado. ¿Buscan la confusión, quedar bien con todos, la ambigüedad calculada? Es que yo, la verdad, aún no sé que quiere decir En Comú, más allá de su significado literal.

Un tercer aspecto, muy breve. Esto sigue y sigue: no acabará bien. Acabará mal. En Madrid, entretenidos con el juguete de la investidura, no se enteran. En Barcelona no se aclaran. Mala pinta tiene todo. Creo que el lema del domingo era A punt. A punto ¿de qué?

Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.

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