Ildefonso Falcones se patea El Raval
El escritor pasea por los escenarios que recrea en su nueva novela ‘Los Herederos de la Tierra’, una continuación de ‘La Catedral del Mar’
De la basílica de Santa Maria del Mar de Barcelona al hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de las calles del barrio de la Ribera al gótico civil del Raval, y del trajín de las Drassanes y la construcción de barcos a las viñas. Se podría decir que es la transición que ha elaborado Ildefonso Falcones entre La catedral del Mar, un éxito superventas con seis millones de ejemplares vendidos en 43 países, a la recién salida de las imprentas: Los herederos de la Tierra (Grijalbo en castellano y Rosa dels Vents en catalán). “No es una segunda parte, a mí me gusta verla como una continuación”, explicaba tras un largo paseo por los escenarios en los que ha ambientado Los herederos de la Tierra de la que ya, de salida, se han editado 400.000 ejemplares en castellano y 40.000 en catalán. Unas cifras que vapulean la tirada media de cualquier primera edición en narrativa que apenas sobrepasa los 3.000 ejemplares, según las cifras que esta misma semana se hicieron públicas al inicio de la Setmana del Llibre Català. La nueva novela de Falcones ya se ha encaramado al primer puesto de los ránkings desde que se puso a la venta el pasado 31 de agosto.
Los herederos de la Tierra arranca solo tres años después de la época histórica que recrea La catedral del Mar. El primer capítulo de la nueva novela es, en cierto modo, de transición y aparecen algunos de los personajes clave del que fue su best-seller para dar paso a los nuevos protagonistas. “Me centré en una nueva parte de la ciudad y necesitaba un nuevo personaje”, apuntaba el autor recorriendo el abigarrado Raval, entre procesiones de turistas. El nuevo personaje es Hugo, hijo de un marinero fallecido, que tiene que abrirse paso en la vida desde los 12 años, cuando trabaja en las Drassanes. Y es su trayectoria vital la que articula la novela de ficción histórica que transcurre en la Barcelona de finales del siglo XIV y principios del XV. Un periodo en el que la ciudad creció por el Raval, la gran extensión de huertas y campos que rodeaban la muralla romana.
“Un territorio que fue de acogida desde siempre, en esa época de esclavos y libertos. También donde se ubicaron los oficios que necesitaban zonas abiertas —como los mataderos y los carniceros— y los pequeños hospitales que tenía la ciudad hasta que se construyó el de la Santa Creu i Sant Pau en el 1401”, apuntaba Lucia Conte, profesora de Historia Medieval de la Pompeu Fabra en el paseo por los escenarios de la novela. Una experiencia que ya realizó con La Catedral del Mar: “los lectores querían visitar los escenarios y unas 6.000 personas pasaron por aquella ruta literaria”, explicaba.
Las iglesias y los conventos son elementos destacados en el libro. “Si el Raval enseguida se vio salpicado de conventos e iglesias fue porque el Pedro III el Grande prohibió que se construyeran más intermurallas porque no dejaban espacio a que la ciudad creciera”, apuntaba el autor.
Paseando por los jardines de la Biblioteca de Catalunya, en lo que fue el Hospital de la Santa Creu, el barrio del Call y la plaza del Rei —emplazamientos que se suceden en el libro— Falcones va desgranando algunos hechos históricos de la Barcelona medieval que utiliza en su ficción: “Sin duda se podría decir que fue la época que marcó la castellanización de la ciudad con el Compromiso de Caspe que desplazó al conde de Urgell”.
Como ya hizo en La Catedral del Mar, Falcones hace una recreación minuciosa de la sociedad barcelonesa de la época. A través de Hugo y de otros personajes describe el triste episodio del asalto al barrio del Call que arrasó gran parte de la población judía de Barcelona que entonces representaba el 10% de los 40.000 habitantes. “Se habla de la expulsión de los judíos de 1492 pero en Barcelona y en otras ciudades el periodo más duro fue cien años antes”. La esclavitud, la compra y venta de la libertad de las personas —también cristianas— y el enfrentamiento entre la autoridad civil y eclesiástica es otro de los focos de Los herederos de la Tierra: “todo se mercantilizaba”.
La publicación de la nueva novela de Falcones —autor también de La mano de Fátima y La reina descalza— coincide con el rodaje de la película La Catedral del Mar, que se basa en el best-seller del mismo nombre, dirigida por Jordi Frades y que se localiza en diferentes ciudades, entre ellas Barcelona.“No intervengo en el guión y aunque es imposible hacer un paralelismo con la novela, sí que espero que mantenga el espíritu”, aclaró el escritor que se ha visto exonerado de la acusación de un delito fiscal de 1,4 millones.
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