La Síndica de Barcelona pide más recursos y personal en su toma de posesión

Ser fiel a los ciudadanos de Barcelona y luchar por los derechos humanos, pero con los recursos y personal necesarios. Esto es lo que ha reclamado la Síndica de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, en la toma de posesión del cargo este lunes en el Ayuntamiento tras ser reelegida para un segundo mandato de cinco años. Ante la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, Vilà ha recordado que todavía tiene "temas pendientes" de su primer ejercicio, como el modelo de vivienda, las insuficiencias del transporte público, los problemas de ruido e incivismo en algunos barrios y los conflictos que genera el turismo. 

La reelegida Síndica ha prometido en su discurso mejorar en la comunicación de la sindicatura con los ciudadanos y con las instituciones, y "no dejar nada por hacer si se tienen los recursos suficientes". En este sentido, Vilà ha reclamado al consistorio más personal y más recursos, ante una Sala de Crónicas del Ayuntamiento llena de síndicos locales, familiares y políticos, entre los que había la alcaldesa, los concejales y los líderes de algunos partidos de la oposición. Actualmente la institución cuenta con una docena de trabajadores y un presupuesto anual de 55.000 euros. En el año 2015 la síndica realizó 3.275 actuaciones, entre quejas y consultas, y en el primer mandato de Vilà, que empezó en 2009, se duplicaron las quejas presentadas.

Vilà es la segunda síndica desde que se creó la institución hace diez años. Fue cofundadora de la Fundación Oncolliga y secretaria ejecutiva de la Asociación Española contra el cáncer. Para optar a la reelección del cargo, que tiene el sueldo de un edil, casi 82.000 euros brutos al año, Vilà compitió con otras candidaturas en un proceso democrático electrónico que no tuvo los resultados de participación esperados. Solo votaron 6.000 personas, y Vilà venció a los otros candidatos por una diferencia de 100 votos. Aunque no era la candidata preferida por partidos como Barcelona En Comú o Convergència i Unió, Vilà obtuvo el apoyo de todos los partidos en el pleno del 1 de julio, a excepción de la CUP, que se abstuvo.

Algunas de las acciones que la Síndica de Barcelona ha emprendido en su primer mandato han sido la firme oposición a la reapertura del CIE de Zona Franca, reclamar la reducción del coste de los entierros, críticas a Colau por el turismo y pedir mejores condiciones laborales en profesiones como la de los butaneros. Como presidenta del acto de la toma de posición, Ada Colau ha destacado la necesidad, en democracia, de tener "contrapoderes independientes que sean exigentes con las instituciones". Ha pedido a Vilà que no reclame solo lo que es competencia del Ayuntamiento, como por ejemplo el problema de los sin techo en la ciudad, sino que aspire a reclamar los "máximos" aunque sean competencia de otros gobiernos, como la gestión del conflicto de los refugiados.

Para este segundo mandato, Vilà ha prometido resolver las quejas sin obstrucciones y "de forma independiente a las instituciones". En la reelección, la Síndica trabajará en dos ejes: la defensa de los derechos de los ciudadanos y la prevención y la mediación en las relaciones entre la ciudadanía y el Ayuntamiento. También incorporará la visión de género a sus actuaciones y creará un consejo de expertos para escuchar las quejas.