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EMBAJADORES CATALANES EN MADRID

“Con las compañías catalanas hay más recelo”

Entrevista a Marion Betriu, Codirectora del Festival de artes escénicas Frinje

Cristian Segura
Marion Betriu, codirectora del Festival de artes escénicas Frinje.
Marion Betriu, codirectora del Festival de artes escénicas Frinje. ADRIÁN VALIENTE

Pregunta: ¿En qué barrio vives de Madrid?

Respuesta: Vivo detrás de Matadero, en Usera. Vivo allí porque es un barrio que está cerca de la ciudad, cerca de Matadero, es más periférico, tranquilo y barato. Es un lugar muy cómodo. Es el barrio chino, en realidad. También hay muchos latinos. Está muy cerca del Parque Madrid Río, que ha dinamizado mucho la zona, han creado una área verde entorno al Manzanares y muchas familias se han instalado allí. Y Matadero le ha dado mucha vida, fue como el inicio del crecimiento del barrio.

P. ¿Con qué parte de Barcelona lo compararías?

“El nivel de las artes escénicas catalán es muy alto y no lo puedes bviar”

R. No se puede comparar con nada. La zona de Legazpi, donde está Matadero, estaba muy alejado del centro. Ahora está más cerca del centro, dicen que es el futuro Brooklyn de Madrid. Está la comunidad china que no deja de crecer. Hay calles donde solo ves carteles en chino.

P. En las últimas décadas, el mundo escénico de Madrid ha estado lleno de profesionales catalanes. ¿Te has encontrado más de lo que te esperabas? ¿Destacan más que otros grupos?

R. No sé cómo son los otros sectores, en este hay muchos catalanes porque las artes escénicas han tenido mucho peso en Cataluña, con compañías muy buenas que surgen en los 70 y en los 80, y en el resto de España esto no sucedió. Buenos directores, muy buenos dramaturgos; está una institución como el Institut del Teatre que no se puede comparar con ninguna otra escuela de España porque tiene un nivel muy superior.

“El proceso de independencia ha afectado, pero la cosa se ha relajado”

P. ¿Hay algún paralelismo en Barcelona del centro cultural de Matadero? ¿Fabra i Coats sería lo más similar aunque quizá sin que se le exprima tanto rendimiento?

R. Matadero es un lugar que Madrid no se lo cree, y no para de crecer. Es un sueño, como una utopía. Parece mentira que esto pueda existir, y es un referente internacional. Durante el festival viene gente de fuera y alucinan que esto exista. Tiene una representación de todas las artes y todo el mundo trabaja en armonía. Y todavía hay espacios que están para ser restaurados.

P. Marc Martí, director de producción del Teatro Español, me apuntó que el Frinje está muy bien valorado en Cataluña. ¿Esto es así?

R. Recibimos muchísimas propuestas de compañías catalanas para la convocatoria, tenemos muy buena fama en Cataluña. Y es un proyecto que ahora mismo, de estas características, en Barcelona no existe. Tienes el TNT de Terrassa, que podría ser el equivalente. Pero el Frinje es un espacio que dura casi un mes, en un lugar como Matadero, con una oferta muy grande, en el que se puede presentar todo el mundo, es de convocatoria pública. Todo el mundo puede participar y se valora el proyecto de todos. El festival también ha arraigado muy bien en la ciudad. El TNT de Terrassa quizá tiene un público muy concreto, un sector muy concreto: en el Frinje intentamos que sea generalista, que toda la ciudadanía se acerque a ver teatro de vanguardia, con la idea de un festival de verano muy festivo, pero teatro de nuevos lenguajes y experimental.

P. En lo que concierne a la danza, ¿se diferencian Madrid y Barcelona en concederle relevancia, de promoverla?

R. Creo que siempre es la gran olvidada en toda España. En Barcelona está el Mercat de les Flors, con una programación estable de danza, esto en Madrid no existe. El festival Madrid en Danza tiene poca promoción y una programación pequeña. Aquí prácticamente no hay danza.

P. ¿El Frinje es un buen escaparate profesional? ¿Te han salido otras oportunidades profesionales a partir del Frinje?

R. El año pasado, a través del Frinje, estuve tres meses en un festival de cine de la infancia y la juventud en Doha (Qatar). 500 niños de todo el mundo; los niños son el jurado, se dan premios, mientras ven las películas participan en talleres y seminarios. Yo comisarié esa parte. El proyecto es del Doha Film Institute. Qatar es un país muy duro y muy complicado, desigual, es moralmente muy difícil estar allí. El proyecto tiene un enfoque muy social, para enseñar la realidad a unos niños que viven en una burbuja de lujo. El Doha Film Institute está haciendo cosas muy buenas para el cine mundial.

P. ¿El conflicto político por el proceso de independencia en Cataluña ha afectado de alguna manera tu trabajo para seleccionar proyectos catalanes?

R. Sí que ha afectado, pero la cosa se ha relajado un poco con el cambio en el Ayuntamiento de Madrid. La sensación es otra. Antes con el Partido Popular... Hay anécdotas, sí. Antes notabas que no podías pasarte con el número de compañías que traías de Cataluña. Ibas con más cuidado. La cuestión está muy presente. Notas que con las compañías catalanas hay más recelo, más resentimiento, hay una cosa más hostil hacia lo catalán. Pero el nivel de las artes escénicas en Cataluña es muy alto y no lo puedes obviar. Las compañías de Madrid son mayoría en el Frinje, pero luego vienen las compañías de Cataluña y finalmente alguna del resto del Estado. No sé qué pasaría si alguna otra persona dirigiera el festival, pero inevitablemente el foco se va a Cataluña porque hay un panorama muy interesante.

P. ¿Cómo ha evolucionado estos años en Madrid la discusión sobre la independencia?

R. Se ha relajado un poco respecto el año pasado porque, entre otras cosas, llevamos nueves meses sin presidente. Hay tantos problemas, y tan grandes, que quizá incluso el independentismo ha bajado en intensidad. Aquí también, obviamente. Se habla de no tener presidente, y hay mucha desafección hacia la política.

 

Perfil

Marion Betriu (Lleida, 1982) es desde hace dos años codirectora del Frinje, festival de artes escénicas de Madrid. Hace cinco años, desde su fundación, que está implicada con el Frinje y anteriormente compaginaba el trabajo con una estancia de estudios de escritura creativa en la Universidad de Iowa. Su compañero al frente del Frinje es José Manuel Mora (Sevilla, 1978). El festival es uno de los referentes del teatro más innovador que se realiza en España. El Frinje, además, se celebra en Matadero, posiblemente el centro de artes contemporáneas más pujante del Estado. Ubicado en los antiguos mataderos industriales de la ciudad: 48 edificios que ocupan 165.400 metros cuadrados actualmente reservados para la cultura. Matadero y Frinje dependen del Ayuntamiento de Madrid.

Antes de sus dos años en Estados Unidos, Betriu estudió y vivió diez años en Barcelona. Betriu relevó a otro leridano, Joan Picanyol, al frente del Frinje. La experiencia de crear un festival desde cero, en un entorno privilegiado, ha situado a Betriu como uno de los nombres de futuro en la gestión del mundo teatral. Desde Frinje ha tenido la oportunidad de comisariar un festival de cine en Qatar.

Tampoco olvida sus raíces leridanas: ha sido miembro del jurado del festival de marionetas de Lleida y ha participado en el Festival de Tàrrega representando al Frinje, un acontecimiento que es un escaparate para numerosas compañías catalanas.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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