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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Incendiario

El saxofonista portorriqueño David Sánchez triunfó con su jazz con alma latina

El jazz siempre ha estado abierto a otras músicas, cercanas o no. Y entre ellas la música latina ha tenido un peso especial ya desde los albores del pasado siglo cuando Louis Armstrong interpretaba El manisero. Mucho ha llovido desde entonces y mezclas y mestizajes los ha habido de todos los colores pero ninguno ha significado una auténtica revolución. A pesar de trabajos históricamente remarcables no dejaron de ser dos músicas que se entendían a la perfección sin llegar nunca a ser una sola música.

El verdadero cambio, aún no se puede hablar de revolución pero todo está por ver, ha llegado con algunos músicos latinos (sucede igual con algún interprete indio) que viven el jazz con la naturalidad de su origen pero sin buscar mestizajes. En la primera línea de ese pequeño grupo que está consiguiendo que el jazz suene diferente sin dejar de ser jazz está el saxofonista portorriqueño David Sánchez. Y el miércoles en el Festival Mas i Mas ofreció una muestra irrefutable de esa nueva vía que, en realidad, no pretende serlo. Nada de latin-jazz, simplemente jazz pero creado con alma latina.

FESTIVAL MAS I MAS

David Sánchez

Jamboree, 11 de agosto.

David Sánchez regresó a Barcelona con un sólido cuarteto en el que destacaron por igual el pianista Luís Perdomo, siempre inventivo, y el batería Ej Strickland, un portento rítmico. Una base segura sobre la que el saxofonista pudo volar alto ofreciendo una música tan directa como cargada de matices. Sugerente y seductora, por momentos sensual, en otros claramente provocativa. Jazz complejo pero servido con una sencillez apabullante, sin aspavientos y los resultados fueron claramente incendiarios.

La mayor parte del concierto se centró en temas originales, alguno todavía en fase de experimentación, según explicó el saxofonista, lo que salpimentó una actuación que en ningún momento cayó en la rutina.

El concepto musical de Sánchez es su mejor baza pero su sonoridad con el saxo tenor no le va a la zaga. Un sonido amplio, profundo e hipnótico que se engancha en la cercanía que propone Jamboree y se magnificó al prescindir de la amplificación. Un auténtico placer poder escuchar a un saxofonista como este sin mediar artilugios electrónicos.

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