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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cuando el cantante es un espectáculo

ST Paul & The Broken Bones recalaron en la sala Barts para llenar de soul el Festival Grec

Paul Janeway, vocalista de St. Paul and The Broken Bones.
Paul Janeway, vocalista de St. Paul and The Broken Bones.FESTIVAL GREC

Toca imaginar. Esta vez, un cruce entre Matt Lucas, uno de los actores de la serie Little Britain, y Julián Hernández, de Siniestro Total. Si al resultado le añadimos chorros de Ottis Redding y toneladas de soul clásico obtendremos como resultado a Paul Janeway, un vocalista cuya mera presencia en el escenario bien merece pagar el precio de una entrada. Hora y media de diversión y música clásica interpretada por uno de los mejores cantantes por lo que toca a expresar las canciones con el cuerpo y la expresión facial. Hora y media de soul con algunos apuntes de funk, con baladas para licuarse y piezas para dejarse la suela en la pista. Quien asistió al concierto lo recordará: puro entretenimiento.

ST. PAUL AND THE BROKEN BONES

St. Paul and The Broken Bones

Festival Grec

Sala Barts

Barcelona. 28 de julio de 2016

Hay que imaginar a Janeway, un gordito con aire libidinoso capaz de remojarse los labios con la lengua mientras canta, de limpiarse la comisura de la boca con la mano entre estrofa y estrofa, como queriéndose quitar la saliva, de armar expresión de asesino en serie antes de cometer una atrocidad. Con una mirada perdida de expresión extrema, como si fuera capaz también de soltar un zapato, a todo esto engarzado con brillantes de bisutería, para seguir cantando sobre un calcetín y con la capacidad de escenificar cada acorde, cada parón, cada cambio de ritmo con su cuerpo y sus manos. Bien en pie, bien revolcándose por el suelo. Era difícil mirar al resto de la banda, siete músicos, porque él era el espectáculo, un cuerpo que cantaba. Pero, además, su voz nasal con tendencia al agudo, todo y no resultar versátil, demostraba que no sólo había un mero gesticulador en escena. Un grito de soul en el cuerpo imaginado de Nerón antes de Peter Ustinov.

¿Qué tocaron? Pues es casi igual porque todo acababa sonando a Janeway, incluso el Van Morrioson de I’ve been walking o el Tom Waits de Make It Rain, dos de las versiones que interpretaron junto al I Want You”, de Beatles. Luego, repertorio propio con tomas más lentas de la gran Don’t Mean A Thing, baladas como Waves o Broken Bones & Pocket Change o soul bailable de toda la vida, tan presente en su repertorio. Pero lo dicho, desde Alabama llegó un cantante con aspecto de no haber tenido novia en su vida y de vivir todavía con mamá, pero que en el escenario se lo come todo y a todos. Tanto, que hasta pareció sorprenderse de lo loco que se estaba volviendo el público. Se lo llevó, merecidamente, puesto.

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