El ‘Corelli español’ sorprende en Girona
La bella y desconocida música del compositor barroco sevillano Francisco José de Castro genera placer melómano en un Festival Nits de Clàssica de Girona que cierra con una ocupación del 91%
Ver anocher en el claustro de la catedral de Girona escuchando una música tan bella y desconocida como la del compositor barroco sevillano Francisco José de Castro es un placer melómano irresistible. Un placer y una sorpresa que sonó a gloria el sábado gracias al virtuosismo y encanto sonoro de La Real Cámara, el grupo creado y dirigido por el violinista Emilio Moreno. Y no lo duden, son este tipo de propuestas exquisitas las que definen la personalidad de las Nits de Clássica de Girona, cuya filosofía artística aporta coherencia, buen gusto y sentido común a un mapa de festivales de verano que suelen moverse a golpe de talonario y divos en gira.
Los Trattenimenti armonici de Castro -jesuita, traductor y músico formado en la escuela de Brescia- son obras maestras de un género de moda en la Italia de su tiempo, entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, las Trio Sonatas para dos violines y continuo, que tuvo en el genial Arcangelo Corelli el máximo exponente. Y la Real Cámara las tocó tan bien que en muchos momentos parecían desvanecerse las diferencias entre el admirado Corelli y el joven que se declaraba orgullosamente spagnuolo en el prólogo de sus Trattenimenti.
Complicidad, destreza técnica, elegancia y arte a la hora de exponer con transparencia sonora los detalles de mayor finura expresiva fueron virtudes compartidas por los integrantes del conjunto español: los violinistas Emilio Moreno y Enrico Gatti, la violonchelista Mercedes Ruiz, el clavicembalista Aarón Zapico y su hermano Pablo, que alternó guitarra barroca y tiorba.
Curiosamente, el hecho de unir en un programa sin descanso seis de los Trattenimenti de Castro y tres Trio Sonatas de su modelo, Corelli, provocó una situación desconcertante; siendo excelente la interpretación, nadie aplaudió hasta el final del concierto. Con la mosca tras la oreja, los músicos ponían cara de circunstancia, porque tras el fuego virtuoso y el vigor rítmico que cerraba cada obra,el público que llenaba el claustro permanecía en silencio.
Todo era muy raro, pues el concierto, que duró poco más de una hora, se desarrolló en una atmósfera de fervoroso silencio, casi sin toses en las pausas. Pero al final la calurosa velada se cerró con grandes aplausos y caras de satisfacción. Las causas de este comportamiento apuntan a un exceso de cautela: días antes, en el mismo ciclo, se pidió que no se aplaudiera entre pieza y pieza para no romper la concentración del artista. Si añadimos que las obras eran muy poco conocidas y algunas muy parecidas, el temor a aplaudir a destiempo provocó el inesperado silencio.
En términos de excelencia musical, La Real Cámara, con una rica y premiada discografía, puede codearse con los mejores grupos barrocos del movimiento historicista y así lo demostraron en Girona; que se prodiguen más fuera de España no es más que otro ejemplo de la miopía de muchos programadores que por sistema prefieren contratar grupos y solistas extranjeros.
Con un total de 2.977 personas y siete conciertos con las entradas agotadas, la quinta edición del festival Nits de Clàssica se ha cerrado este año con una ocupación media del 91,85%. William Christie, al frente de Les Arts Florissants, clausuró el martes la programación, que ha contado con artistas y grupos de prestigio como el barítono Christian Gerhaher, el clavecinista y pianofortista Andreas Staier, el pianista José Menor y la mencionada Real Cámara, entre otros.
Según el director artístico del festival, Víctor García de Gomar, en sus cinco años de vida, Nits de Clàssica ha conseguido "una aceptación muy alta en el circuito de festivales de clásica: el público valora la combinación de alto nivel de la propuesta artística y del patrimonio de la ciudad de Girona". Razón, tiene.
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