El órgano de Meco rompe su silencio
Un ciclo de cuatro conciertos hará vibrar por primera vez a este instrumento en 10 años
El órgano de Meco ya tiene quien lo toque después de 10 años de silencio. La Fundación Più Mosso, que dirige Ana Benedicto, ha organizado un ciclo de cuatro conciertos en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Meco para dar uso a este instrumento, que costó 300.000 euros y que financió la Fundación Arpegio, organismo investigado en la trama Púnica.
Esta noche, a las 20.30, el primero de los cuatro conciertos que componen este ciclo, organizado por la Fundación Più Mosso, correrá a cargo de Roberto Fresco, organista titular de la catedral la Almudena desde hace quince años y amante de la música desde los ocho. Fresco, que accedió encantado a la invitación de la fundación para tocar en esta iglesia del siglo XVI, asegura que el concierto de este sábado será muy peculiar. "La mayoría de las piezas serán de Johann Sebastian Bach, que no compuso ninguna obra para órgano, pero otros autores las han adaptado más tarde para que fuesen aptas para este instrumento".
La historia de este instrumento en Meco se remonta a 2006, cuando la entonces presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, visitó la localidad para inaugurar una biblioteca. En ese momento el templo -que mezcla estilo gótico, barroco y neoclásico- estaba siendo restaurado, en especial su retablo, y Aguirre decidió visitar las obras junto al alcalde, Pedro Luis Sanz (PP), y el párroco. "Esta iglesia se merece un órgano", dijo la presidenta. Y así fue, dicho y hecho. La Fundación Arpegio, creada por el entonces número dos de la Comunidad, Francisco Granados, financió con 300.000 euros la construcción del instrumento que ha permanecido, excepto en muy contadas ocasiones, sumergido en el mutismo.
Cuando Ana Benedicto, presidenta de Più Mosso, se enteró, el pasado mes de junio a través de este periódico, de que el órgano estaba en desuso se puso manos a la obra y decidió contactar con algunos de los mejores organistas de España para encontrar una solución. Así fue como surgió este ciclo de conciertos, que busca, además de "dotar de utilidad a un instrumento que se pagó con un dinero público", relanzar y dar a conocer la música de órgano. "Este instrumento está infravalorado musicalmente. Los conciertos son una oportunidad para hacer algo y que no se quede ahí, sino que sea algo cíclico y se amplíe a otros puntos de la Comunidad de Madrid", asegura Fresco.
Actualmente, repartidos por la región hay 15 o 20 órganos, pero no los suficientes organistas ni estudiantes de música interesados en estudiar este instrumento. Benedicto sostiene que "para poder tocar bien un órgano del calibre del de Meco hay que estudiar primero piano y después órgano. Hay que tener un nivel muy alto para enfrentarse a ese teclado".
La complejidad es tal, según apunta el organista de la Almudena, que cada músico debe entrar en contacto varias veces con el instrumento para familiarizarse. "Ningún órgano es igual a otro, y siempre que te enfrentas a uno distinto debes tomarte un tiempo para estudiarlo y analizarlo. Necesitas varias horas de trabajo para conocerlo".
El segundo concierto tendrá lugar el día 30 y su ejecutor será Miguel Bernal, catedrático de órgano del Real Conservatorio Superior de Madrid. La iglesia tiene capacidad para unos 300 espectadores, que podrán disfrutar durante unos cincuenta minutos, que es lo que dura cada recital, de piezas de música antigua, especialmente del siglo XVI y XVIII, y de música española del siglo XIX y XX.
Dos últimos conciertos cierran el ciclo. El primero, que será el 13 de agosto, correrá a cargo de Pedro Alberto Sánchez, organista de la basílica de San Lorenzo del Escorial, y Marcos Quesada, un trompetista que acompañará las notas del olvidado órgano de Meco. Felipe López, organista de la Real Iglesia de San Ginés y asesor en la restauración de instrumentos antiguos, cerrará el ciclo el día 27 de agosto con un programa variado para tocar varios estilos y amenizar al público.
López, que fue una de las personas que asesoró a la Fundación Arpegio a la hora de escoger el órgano, asegura que solo se presentaron dos empresas al concurso y que eligió el proyecto más detallado y más barato. "Hubo problemas técnicos durante el montaje que nunca se solucionaron. Se montó sin saber antes para qué lo querían y no se ha usado prácticamente hasta ahora". El organista añade que el Ayuntamiento nunca se ha hecho cargo. "La corporación no ha aprovechado la coyuntura, ni siquiera ha pagado ningún el coste de afinarlo, que supondría como mucho 1.000 euros de la partida municipal".
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