Absuelto el trabajador de TV3 acusado de filtrar los sueldos de la plantilla

La juez ha absuelto a Gustavo C. acusado de haber filtrado los sueldos de la plantilla de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). La magistrada entiende que no ha quedado acreditado que fuese Gustavo C. quien entrase de manera reiterada en los correos electrónicos del que era presidente de la Corporación, Brauli Duart, del exdirector de TV3, Eugeni Sallent, y otro directivo más, y desde allí reenviar un Excel con los sueldos de la plantilla y el cálculo de lo que costaría realizar un ERE.

El fiscal pedía siete años de prisión por un delito continuado de revelación de secretos y otro de descubrimiento, realizado en 2012. El comité de empresa emprendió desde el primer momento una campaña de defensa de su compañero y pidió a la CCMA que retirase la acusación particular, que pedía la misma pena que la Fiscalía. Gustavo C. ha negado en todo momento los cargos.

La sentencia considera que no son suficientes las pruebas "circunstanciales" que la Fiscalía presentó contra él. Según estas, Gustavo C. pertenecía al departamento de Posproducción, desde donde se produjeron algunos de los accesos a los correos electrónicos privados de los directivos. Y esas incursiones coincidían supuestamente con el horario de acusado.

"Cualquiera pudo entrar en ese departamento y usar los ordenadores como se ha dicho", mantiene la juez, que también cuestiona el hecho de que Gustavo C. tuviese la red TOR en su ordenador personal, que sirve para navegar ocultando la IP. Considera que no se ha probado que la instalación de ese programa en su Mac fuese antes de los hechos.

También incide la juez en que nadie ha justificado qué pudo llevar a Gustavo C. y no a otra persona a meterse en esos correos electrónicos. "Se ha dado a entender en el acto del juicio que en la época de los hechos existía tensión con los trabajadores ante la amenaza de un ERE" por parte de la CCMA. En el Excel filtrado había un cálculo de lo que costaba indemnizar a los trabajadores si se llevaba a cabo. "Es evidente que una información de ese calibre tenía interés para todos los trabajadores, pero en ningún momento se ha puesto de manifiesto el perfil del acusado dentro de la empresa, ni que tuviese interés en perjudicarla. Aparece como un trabajador anodino al que únicamente conocen sus compañeros de trabajo más directos", concluye la juez.

Por todo ello, la titular del juzgado de lo penal número 6 de Barcelona impone la máxima de "in dubio pro reo" ante la "incertidumbre probatoria y ante la inexistencia de indicios" y considera que "no se ha probado que el acusado realizase ninguno de los accesos ilegítimos relatados y en definitiva, que sea autor de ninguno de los delitos por los que se ha formulado acusación".