Junts per Catalunya, Partit Demòcrata Català y Partit Nacionalista Català, finalistas para la nueva CDC

La nueva Convergència ha tenido que retroceder varias pantallas para retomar la búsqueda de un nombre que guste a sus militantes durante el congreso fundacional que se celebra este fin de semana en Barcelona. Este sábado por la mañana se ha constituido una comisión que no se había previsto después de que anoche un alud de críticas internas tumbara las dos propuestas que había preparado la dirección para ser votadas. Més Catalunya y Catalans Convergents, las marcas que presentó Jordi Cuminal, responsable de Comunicación, generaron una revuelta en el plenario. Francesc Sánchez, portavoz de la formación, señaló este sábado que prevé que mañana se pueda votar el nombre definitivo. Las denominaciones que han salido de la comisión creada hoy son Junts per Catalunya, Partit Nacionalista Català y Partit Demòcrata Català.

El camino para llegar a este fracaso no ha sido corto. Ni la participación de empresas especializadas en naming que acabó de concretar Claret Serrahima (como avanzó hace unos días el diario Ara) lo han evitado, a pesar de que Sánchez ha afirmado que el coste de ese encargo fue “muy barato”. El diseñador tuvo que trabajar con los resultados del Torn Obert que creó Convergència para preparar el nuevo partido.

Fue entonces cuando se preguntó a militantes y simpatizantes si querían cambiar el nombre del partido y si creían conveniente que el concepto convergencia, vinculado al pujolismo al que ahora se quiere poner fin, apareciera en la nueva marca. Hubo disparidad de opiniones, por lo que la dirección optó por trabajar sobre dos opciones, una con este nombre y otra, sin.

Además, en este marco participativo, los participantes hicieron propuestas concretas de nombres, de las que salieron unas 400. Son estas las que se tienen en cuenta a la comisión y las que se van descartando mediante continuadas votaciones si no superan el 60% de los votos favorables de los 294 participantes en la comisión sobre el nombre. De momento, gana una: Junts per Catalunya, un nombre que hubiera sido posible si se hubiera repetido una coalición electoral para concurrir a las elecciones generales, tal como proponía Demòcrates, la escisión independentista de Unió Democràtica.

Justamente por este contexto, la dirección podría estar en contra. Pero no está ahora mismo con mucha fuerza para echar muchos pulsos a las bases.

Sánchez admitió que “el método" emplado ayer no salió bien y que "quienes hemos estado en la dirección nos equivocamos, es bueno que lo reconozcamos”.