El yacimiento del Born busca sus orígenes
La primera excavación desde 2012 pretende conocer la secuencia histórica anterior al 1714
El Born es, por encima de todo, un enorme yacimiento arqueológico que muestra la foto fija de Barcelona en el momento en que fue arrasada en 1714. Una imagen de las viviendas y las calles de esta ciudad tal y como quedaron cuando el ejército de Felipe V arrasó más de mil viviendas. Esto, que durante los últimos años ha quedado en un segundo plano, por detrás del interés nacionalista de mostrar el Born como un testigo del poder español contra las libertades catalanas, parece haber perdido fuelle tras las celebraciones del Tricentenari de 2014 y, sobre todo, tras el cambio en el Ayuntamiento de Barcelona, que pasó de manos del convergente Xavier Trias a manos de Ada Colau en junio de 2015.
El cambio ha comenzado a visualizarse con el inicio de los primeros trabajos arqueológicos que se realizan en el yacimiento desde el 2012; unas labores que mostrarán que el Born no es un yacimiento agotado. También permitirá a sus responsables científicos profundizar en el conocimiento de esta zona de la ciudad más allá del horizonte que marcan los pavimentos de las casas y calles del 1714. Los trabajos que comienzan ahora tienen como fin poder entender el funcionamiento y evolución de una buena parte de las 60 viviendas que cobija la enorme estructura que Fontseré hizo para acoger el mercado a finales del siglo XIX.
Hasta finales de julio 12 alumnos de la Universidad de Barcelona trabajan en la Casa Corrales; que fue propiedad de varias generaciones de una familia relacionada con la fabricación de cuerdas de viola, situada en la confluencia de las antiguas calles de Corders de Viola y de los Ventres, un punto neurálgico de la Barcelona de hace tres siglos: al lado del Rec Comtal. La casa conserva el que se considera uno de los primeros chaflanes de la ciudad realizado, según las fuentes documentales, en 1607 y contaba con un espacio de juego, un trinquete, donde se hacían apuestas y se practicaban juegos de cartas y de pelota. Se sabe que en 1697 la casa sufrió el bombardeo durante el asedio francés del verano de ese año, tal y como el historiador Albert García Espuche ha documentado en su magno estudio La ciutat del Born.
“Por primera vez la excavación agotará la estratigrafía y se verá toda la vida de la casa, desde que se construyó en el siglo XIV hasta que se destruyó en el XVIII”, explicó ayer Carme Miró, responsable del Pla Barcino, que presentó los trabajos junto a Ricard Vinyes, comisionado de Memoria del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Roigé, decano de la Facultad de Geografía e Historia de la UB y Maite Miró, responsable del Servicio de Arqueología de la Generalitat. La excavación está dirigida por Antoni Fernández, responsable de todas las intervenciones realizadas en el Born desde 2005.
Para poder comenzar los trabajos se han levantado las losas del pavimento realizado en piedra de Montjuïc. Antes se han dibujado con papel de calco para poder recomponer el puzle una vez concluyan los trabajos de excavación. Entre las losas de este suelo está una muy reproducida del yacimiento ya que conserva, de forma incisa, el tablero para jugar a las tres en raya.
Los estudiantes, paletina en mano, extraían ayer los niveles de tierra, unos sedimentos que se analizarán para conocer, todavía más, cómo vivían los barceloneses entre los siglos XIV y XVIII: qué comían, qué cultivaban o qué flora había en cada momento. Lo sabrán estudiando los restos de vegetación y de animales que perduran entre la tierra a partir de la bioarqueología. “Los trabajos también fijarán las cronologías del periodo, para el Born y toda la ciudad, al comparar las fuentes con los restos”, explicó Fernández.
La campaña de este año tendrá continuidad en años próximos ya que, según los arqueólogos, el 60% de los 8.000 metros del yacimiento permanece inédito. “Me gustaría excavar el Hostal de l’Alba”, dijo Hernández señalando un enorme edificio situado en uno de los extremos. Esta casa tenía 13 habitaciones y dos cuadras y ha proporcionado la mayor concentración de pipas de caolín de todo el yacimiento.
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